A trabajar muy duro, a pesar de todo

Sin duda alguna la coyuntura política resulta más que complicada. Y lo cierto es que nuestro país nos exige seguir trabajando muy duro con la finalidad de promover la creación de empleo adecuado sobre la base de la inversión privada. Qué tremendo reto resulta arriesgarse a invertir en un escenario político tan inestable para un empresario, y más aún para un microempresario. Pero este es el momento clave para que la institucionalidad del Ejecutivo, la Contraloría y el respeto al marco jurídico se conviertan en los lineamientos mínimos necesarios para promover el desarrollo de una economía social de mercado.

Es en esta línea que el trabajo armonioso y respetuoso entre el sector privado y el público se hacen más necesarios. Quisiera poner a manera de ejemplo tres casos: 1) la norma anti elusiva, que señala la responsabilidad de los gerentes generales, de manera compartida con la persona jurídica, en casos de malos manejos; 2) la norma que aumentaba la tarifa eléctrica, que contaba con opinión a favor del Ministerio de Energía y Minas (Minem) y la oposición de Osinergmin; 3) la norma de fusiones que está por entrar al pleno.

En todas ellas puede, y de hecho hay, una posición pro país, que busca promover la transparencia y las mejores prácticas internacionales, de cara a generar una mayor recaudación, precios eficientes y mayor competencia. No obstante, cada una de ellas puede tener impactos no deseados en los mercados, generando efectos inversos a los deseados. Una costumbre sana en todos los países de la Alianza del Pacífico y en Europa es sentar en una misma mesa a los actores de los sectores privados y públicos, y trabajar en una línea de planeamiento estratégico de largo plazo.

Por ejemplo, en el caso anti elusivo, además de la forma como se determina la práctica en el corto plazo, resulta evidente que el objetivo es aumentar la base de recaudación. Y por ello se requieren acciones adicionales que promuevan la mayor contribución y, por ende, una menor evasión.

Con respecto a la estimación de los costos del servicio eléctrico, resulta cierto que el consumidor espera beneficiarse de menores precios; pero también se requiere invertir en el mantenimiento de las redes de tendido eléctrico y medidores, a fin de no afectar la calidad del servicio.

En la norma de fusión, la mitigación del riesgo de concentración no solo va en la línea de evitar mercados en los que el precio pueda convertirse en excesivo, también para que se reduzca la posibilidad de riesgo sistémico. Esto es, que si a una empresa le va mal, el efecto no sea grave sobre toda la industria. No obstante, se debe entender que en mercados tan atomizados como en el caso de Perú, a veces los costos fijos de acceder a ciertos lugares alejados requieren acciones complementarias por parte del Estado, con el fin de democratizar el acceso y promover mercados inclusivos.

Creo que es hora de reflexionar sobre el rol que nos corresponde a cada uno y de entender que nuestro compromiso es con el individuo, con el ciudadano, con el trabajador, con nuestro compatriota. De eso se trata ser peruano.