Iván Arenas

Vizcarra, Zeballos y Julio Guzmán

Ministro de Justicia hace peligrar la gobernabilidad

Vizcarra, Zeballos y Julio Guzmán
Iván Arenas
25 de julio del 2018

 

No se sabe exactamente qué motivó al presidente Martín Vizcarra a nombrar a Vicente Zeballos como nuevo ministro de Justicia. Lo cierto es que, a días de su nombramiento, Zeballos ha hecho gala de tal impericia política que al instante nos devolvió a los días de Pablo Cateriano, otrora ministro del nadinismo, que se la pasaba martillando a la oposición, sobre todo al aprismo y al fujimorismo, impidiendo todo diálogo. Zeballos no ha respetado los fueros ajenos y ha lanzado dardos contra el nuevo fiscal de la Nación, Pedro Chávarry. Así, el frágil balance de poderes se ha ido a la lona. Si a ello le añadimos que el titular de Justicia ha pedido un adelanto de elecciones y el cierre del Congreso, entonces ya tenemos una actuación redonda.

Hay una frase peculiar que circula en las redes sociales: “Si sabes cómo me pongo para que me invitas”. Algo así podría decir hoy ministro de Justicia. La actitud de Zeballos vuelve a alterar las aguas después de una dura semana que puso en jaque la gobernabilidad, con la publicación dosificada de los audios, y en la que claramente se exhibió que se había desarrollado una campaña para “bajarse” el Congreso, de mayoría fuerza populista, incriminándolo como responsable de la podredumbre del sistema judicial.

Entonces, ¿a quién hacemos responsable de las impericias de ahora y las del futuro del reciente titular de Justicia? ¿Sabe el presidente Vizcarra que colocar a Zeballos en un puesto altamente importante (en el que se verán varios temas, entre ellos la reforma de justicia) es como dejar a un elefante sobre una mesa de vidrio? Si es así, ¿por qué Vizcarra quiere provocar a la oposición nombrando a un ministro que siembra bombas en vez de construir puentes? Si la reforma de justicia pasa por un acuerdo entre Ejecutivo y Legislativo, ¿por qué Vizcarra coloca a un ministro con un perfil altamente confrontacional?

En todo caso, es bueno que Vizcarra se vea en el espejo del efímero del ex presidente PPK, a quien el extremismo antifujimorista alentó a una guerra sin cuartel contra el primer poder del Estado, tirando por la borda cualquier consenso. No obstante, con sus opiniones Zeballos pretende arroparse del sector antifujimorista que busca en él a un vocero cuando la estrategia que había desarrollado se empieza resquebrajar. Quizá el nombramiento de Zeballos sea un mensaje de Vizcarra hacia ese sector antifujimorista, continuando con el lineamiento de no quedar mal con nadie.

Mientras todo esto ocurre, la estrategia que desarrollan y despliegan algunos medios y periodistas para aupar a Julio Guzmán continúa. Sorpresivamente Guzmán ha salido con el pie en alto indicando que Fuerza Popular no debe conducir la Mesa Directiva del Congreso. Semejante coalición entre Guzmán y el Gobierno solo puede indicar que se viene un nuevo capítulo de confrontación.

 

Iván Arenas
25 de julio del 2018

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