PPK, el chalán de los huaycos

PPK y sus ministros parecen burócratas extranjeros en sus visitas a los damnificados

El 20 de Abril del 2016 un sismo de 7.8 grados en Ecuador destrozó las ciudades costeras de Manta, Pedernales, Muisne. Los daños fueron inmensos: aproximadamente murieron ochocientas personas y hubo miles de damnificados. Inmediatamente, el presidente Correa lideró la reconstrucción, manteniéndose al lado de la gente en todo momento. Y los ecuatorianos sentían que realmente los estaban ayudando. Más aún, Ecuador también afronta las inclemencias de las lluvias torrenciales de El Niño Costero, pero ellos tienen casi el 93% de su territorio con redes de alcantarillado que les permiten soportar las intensas lluvias. Es decir, nuestro vecino del norte tiene gobernantes previsores que conocen la historia del fenómeno de El Niño, que ha devastado civilizaciones completas.

Por otro lado, en el Perú las torrenciales lluvias y los desbordes de los ríos arrasan la costa peruana y han aislado muchas poblaciones de la sierra. Sin embargo, al presidente Kuczynski no lo vemos liderando nada al lado de la gente. Es más, recién hace diez días el presidente visitó Piura, ataviado de una camisa blanca que lo hacía lucir como un chalán; solo le faltaba su fino poncho blanco de lino para diferenciarse más de los peruanos. El presidente y sus ministros parecen burócratas extranjeros frente a una tragedia del tercer mundo, por la que sienten mucha pena. Por cierto, no están en el gobierno para organizar la caridad de los peruanos; esa labor la hacen muy bien las iglesias y las instituciones privadas. El gobierno debe orientar políticamente al país. Y eso no se ve.

Es más, cuando las poblaciones reclaman por la ausencia de las autoridades y por los puentes destrozados, PPK responde prepotentemente “revoquen al alcalde”, “ya te voy a hacer tu puente, tranquilo”. Indudablemente, el presidente tiene que serenarse, porque él es el primer funcionario público y debe ser imperturbable ante la impaciencia de los pueblos que han perdido casi todo. Esa, por ejemplo, es la diferencia con Correa, que siempre está con la gente; y no sobrevolando las zonas de desastres como PPK, para evitar el reclamo de los ciudadanos que se sienten abandonados. Es más, PPK anuncia que el Perú tiene dinero para reconstruir las zonas afectadas y hacer los Panamericanos, generando expectativas que de no cumplirse agravarían más la crisis política. No hay necesidad de ser muy zahorí para explicar la baja popularidad del presidente y del gobierno.

Estos fenómenos suceden hace 15,000 mil años y están relatados en la bibliografía histórica y en infinidad de investigaciones; incluso tenemos las experiencias y datos de desastres pasados que deberían servimos para estar preparados para afrontar cualquier evento. Sin embargo, todos los años es lo mismo: muertes, pérdida de infraestructura y melodramáticos llamados a la solidaridad por la incompetencia de nuestro Estado.

¿Por qué no podemos organizarnos mejor? Tal vez la respuesta sea la informalidad del propio Estado; es decir, el 80% de los peruanos han creado su propio trabajo, ha construido sus casas donde han podido, incluso sometidos a las mafias de traficantes de terrenos. Para colmo, ese caos es legalizado por las autoridades locales, regionales, nacionales. Además tenemos un gobierno alejado de la gente. Qué podemos esperar, sino solo tragedias. Por lo pronto, no sabemos a dónde nos llevará políticamente este desastre, porque lamentablemente viene el huaico de la fiscalía brasileña en junio, que ojala no sea el anuncio de un gobierno neofascista que “salve la patria en nombre del orden y de Dios”.

Tino Santander Joo