Paul Neira

“No hay solución, el diálogo continua”

Análisis pos diálogo y otras malas verdades

“No hay solución, el diálogo continua”
Paul Neira
11 de agosto del 2017

Análisis pos diálogo y otras malas verdades

He querido imaginar que todo el país, ayer por la noche hacia finales de las 9 de la noche, se encontraba al frente de sus televisores, con los pelos de punta, esperando el resultado del diálogo entre el Presidente de la República y los representantes de los profesores en huelga.  El resultado del mismo fue un escueto comunicado leído por el Premier que básicamente dice: no hay solución, el diálogo continúa.

Atrás quedaron entonces las imágenes de agua saliendo a chorros de un camión antimanifestaciones en la Av. Abancay, de una profesora arropada por el frío prendiendo una vela en un simulado cajón con las siglas PPK en la plaza San Martín, las miles de piedras y troncos desparramados en las innumerables carreteras del país, o el reclamo de enternados profesores en la puerta de palacio reclamando airados diciendo a voz en cuello “o me dejan entrar o me voy e incendio la pradera”. Después de dicho esto, hasta la joven con casaca de blue jean entró a Palacio de Gobierno.  Aunque claro, nada de esta ópera trespatinesca, hubiera presagiado el desenlace de la noche con la balada “no hay solución, el diálogo continua”

Que no se me mal entienda, el diálogo es clave y fundamental en una sociedad fragmentada, complicada y enrevesada como la nuestra. Pero hay, desde mi punto de vista, precios que no se pueden pagar para lograr el famoso diálogo que se realizó el día de ayer.  Y con ello me refiero a principios mínimos como: nunca expongas a tu jugador estrella. Es pretender llevar a jugar a Messi al mundialito del Porvenir. Digo le van a romper la pierna sí o sí, entonces pregunto porque se expuso así a la más alta investidura de nuestro querido Perú. Sobre todo cuando tenías a un incontable número de profesores fuera del  conclave magisterial gritando a voz en cuello “esos que están allí, no nos representan”, mensaje que se repetía por calles y plazas de todo el país. 
Es que esta confusa pelea en un callejón a oscuras en el que ha desembocado nuestra huelga magisterial, el escuchar el colofón de “no hay solución, el diálogo continua”,  en el fondo parecía esto a  una elegía, una égloga al desconocimiento de cómo funciona la racionalidad del docente peruano por parte del Ministerio de Educación. 

El profesor de a pie, ese que se viene desde Chota Cajamarca pagándose de su peculio (sí, a pesar que suene descabellado para una lógica Limeña. Por qué además así lo hace cuando la puerta de su colegio se cae y la paga de su sueldo, cuando no hay hojas para trabajar y lo paga de su sueldo, cuando paga las miles de fotocopias al año para que sus alumnos aprendan que, de nuevo, los paga con su plata) dice esos representantes no, no nos representan para nada.  Puesto que ese profesor es un dirigente de Bases del SUTEP.  Son ellos, no el CEN del SUTEP, no el Secretario General del SUTE-R, no el Representante de una facción en lucha contra los dirigentes enquistados en Lima, los que están realmente sosteniendo la huelga nacional que todos observamos desalentados en nuestras pantallas de televisión.  Lo más rabiosamente increíble es que justamente a ese dirigente no entró a la orquestada y muy televisada reunión.  Hoy en día, dentro del laberinto organizacional docente son ellos los que realmente tienen legitimidad, representatividad y traen la voz del docente peruano. Y con ellos nadie quiere conversar. 

Porque las cámaras, las luces y lentejuelas, ayer, se han ido a buscar otras novelas, dejando de nuevo a la vera del camino al docente peruano.  Ayer en una buenísima columna Cesar Guadalupe, Presidente del Consejo Nacional de Educación,  decía cosas muy ciertas me quedo con una: el problema de cómo está el profesor peruano es producto que la misma sociedad y su tejido social los ha abonado y postrado.  Al ver el desenlace de la reunión cumbre, no me queda más remedio de firmar con sangre lo dicho por mi colega Guadalupe. 

En una tierra bendita como la nuestra, que tiene de todo, pero no acostumbrada a dialogar, a ponernos de acuerdo, a reconocernos como iguales ruego al Señor, al Cristo Morado que en esta era pos diálogo en el Palacio de Gobierno salga algo bueno para ese docente y que los niños, nuestros hijos de la patria tengan una mejor educación de la que les venimos dando.

 

Paul Neira Del Ben

Paul Neira
11 de agosto del 2017

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