Iván Arenas

La caída del antifujimorismo y del antiaprismo

La caída del antifujimorismo y del antiaprismo
Iván Arenas
08 de febrero del 2017

Es imposible la exclusión de estos partidos de la arena política

En un inefable mensaje en las redes sociales la señora ex primera dama Eliane Karp lanza una grosera amenaza al presidente Pedro Pablo Kuczynski. No es motivo de esta columna defender a PPK ni sus entuertos secretos con los Toledo-Karp, pero sí defender a la Presidencia como una institución sagrada de signos republicanos.

Ahora bien, la amenaza tiene también varias interpretaciones. ¿Qué secretos guarda y sabe Eliane Karp de PPK? Vaya usted a saber. Si la señora sabe algún secreto que ronda con el delito, es deber suyo asistir a los juzgados. Pero salta aquí la siguiente pregunta: ¿los secretos que conoce Eliane Karp de PPK son de ahora o desde hace mucho? Si son de ahora debe decirlos, y sí son de tiempo atrás entonces ella se convierte en cómplice.

Si Karp tuviera algún interés por el bien el Perú, la amenaza y la develación del secreto habría sido antes de que PPK ganara las elecciones, ¿o no? Imaginémonos por un momento que Karp hubiera amenazado a PPK semanas antes de la segunda vuelta electoral, quizá otro habría sido el cantar y Keiko Fujimori quien habría ganado las elecciones. Pero parece que todo vale contra el fujimorismo. Hasta guardar los secretos más íntimos de un PPK que hoy apenas puede gobernar. ¿Y si se descubriera que PPK hizo jugosos negocios a costa del Estado durante el gobierno de Toledo? ¿A quién le echamos la culpa de tener hoy a PPK como presidente? Tremendas preguntas.

No obstante, asistimos a la caída de los dos grandes “antis” de la política peruana: el antifujimorismo y el antiaprismo. Y no se trata de que el piso esté igual para todos porque corrupción hay en todos lados, sino del simple hecho de que es imposible la exclusión del fujimorismo y del aprismo de la arena política, como algunos quieren. Como tampoco se puede excluir a la izquierda.

Quizá los graves casos de corrupción existentes durante los últimos cuatro gobiernos sean peores a los que hubo durante el fujimorato. De alguna manera, en el fujimorato la prensa estaba comprada por el régimen, la opinión pública dominada por los diarios “chicha”, la oposición democrática arrinconada en una pequeña esquina y la poca prensa independiente era perseguida. Aquí, en democracia, no. La prensa no tenía ninguna mordaza, era libre y la oposición ejercía sus funciones. Incluso alguna prensa asistía a los cocteles y los foros brasileños. Lo que pasó en democracia fue sencillamente atroz.

Por Iván Arenas

Iván Arenas
08 de febrero del 2017

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