Iván Arenas

El periodismo frente a Acuña

El periodismo frente a Acuña
Iván Arenas
02 de diciembre del 2015

Sobre la diferencia entre ser periodista y ser propagandista político

La subida en las encuestas del candidato de Alianza Para el Progreso (APP) César Acuña, ha originado que de pronto tirios y troyanos busquen interpretaciones que expliquen la sorpresa. Es comprensible que ante el avance del candidato apepista politólogos y analistas se hayan lanzado a analizar sus fortalezas y debilidades. La lógica democrática impone que quien pretende ser el mandatario de la república no puede eludir el escrutinio público. Sin embargo, causa extrañeza que cierto sector del periodismo observe con tanta ligereza o “guantes de seda” las debilidades del candidato norteño.

Es cierto que las elecciones suelen fragmentar a la opinión pública en bandos a veces irreconciliables, y que de una u otra manera también el periodismo se involucra a veces de esta división. No obstante, el periodismo serio siempre trata de mantenerse fiel al análisis y la reflexión. Por eso, cuesta creer que cierto sector del periodismo ha elegido “acompañar” la candidatura de Acuña en varias formas: absteniéndose de indagar las serias denuncias que pesan sobre él, regalándole “periodicazos” a su favor o sugiriendo que hay una campaña racista contra el “serrano de Chota”.

Probablemente hay dos razones poderosas para que ese sector del periodismo se haya alineado tras el proyecto apepista. La primera es que, sabiendo que Keiko es imparable, ha descartado -por ahora- cualquier ataque u ofensiva contra la candidata naranja. La segunda razón sería que, ante la debilidad de un candidato sin carisma como PPK, la virtual desaparición electoral de la izquierda y las reales posibilidades de García, ese sector del periodismo ha decidido apostar por Acuña como abanderado del antifujimorismo en una probable segunda vuelta. Sin embargo, una atingencia: basta observar quiénes son los periodistas de “ese sector” para saber que los anima más el “anti” que una convicción en las propuestas e ideas del candidato de la “plata como cancha”. Es más, pareciera que ni les interesa conocerlas.

El escenario correcto al que deberíamos asistir es uno donde el periodismo serio y reflexivo ayude a proponer que la confrontación se centre en los programas o las ideologías, para que de allí el electorado saque sus conclusiones. Pero ese sector del periodismo prefiere hacer propaganda a favor de Acuña poniendo en la agenda electoral temas como una supuesta discriminación racial contra el candidato millonario de APP. Nadie duda que el racismo es un viejo lastre peruano y que la clase dirigente sea a veces tremendamente ciega, pero no puede ser usado de coartada para que el “serrano de Chota” NO aclare las graves imputaciones en su contra.   

Hasta hoy nadie puede explicar cómo un hombre que aspira a ser presidente ha podido mantener ocultas tantas graves denuncias que se niega a responder. ¿Acaso Acuña no fue alcalde, congresista,  gobernador regional? ¿Acaso su padre no fue condenado a prisión por narcotráfico? ¿Qué dicen los “periodistas éticos” ante estos hechos?

Aun así, si Acuña quiere ser presidente del Perú, a la postre sus millones y sus periodistas tal vez le servirán muy poco. He sostenido que, por fortuna, en el país todavía hay espacio para la estrategia política, el discurso y la propuesta, y que todo ello puede vencer al poder del dinero.

Por: Iván Arenas

Iván Arenas
02 de diciembre del 2015

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