La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Ante el fracaso en la contención de la pandemia y la gravedad de la recesión, que se tragará entre el 12.5% y el 15% del PBI y elevará la pobreza a un tercio de la población, el Ejecutivo y los populistas del Congreso intentan cargar las culpas del fracaso al sector privado. Por ejemplo, no obstante que el Estado controla el 80% de las farmacias del país, se pretende culpar al sector privado por la falta de genéricos contra el Covid-19. Otro ejemplo revelador: 50 días después de la cuarentena el Ejecutivo recién se dio cuenta de que los mercados eran focos infecciosos y se pretendió culpar a “la gente irresponsable” que sale a comprar y vender para sobrevivir. Hoy el Ejecutivo otorga 48 horas a las clínicas para ponerse de acuerdo en las tarifas con el Estado, de lo contrario se vendrían estatizaciones. Terrible señal para la reactivación, la inversión y la recuperación del crecimiento. Devastador. Pero, ¿por qué no lo hizo antes? ¿Por qué el Ministerio de Salud (Minsa) abandonó cualquier política de intercambio prestacional entre el sector privado y el Estado?
La punta de lanza de esta campaña contra el sector privado en la salud son los precios, que se determinan de acuerdo a la oferta y la demanda. Pero, ¿por qué sucede esto en medio de la pandemia? El comunista dirá: porque el Estado no ha tomado el control de las clínicas. Los peruanos honestos diremos que el Estado ha abandonado cualquier política de intercambio prestacional entre el Sistema Integral de Salud (SIS), Essalud y los pacientes de la sanidad de la Policía y las Fuerzas Armadas. Los propios burócratas del Minsa han interrumpido cualquier relación con el sector privado en las últimas semanas; se cambió de manera abrupta al responsable del SIS y se modificaron intempestivamente las tarifas de referencia de las prestaciones que, incluso, contemplaban una tarifa social (de pérdidas para muchas clínicas). ¿Cómo se presenta una situación de este tipo en medio de la pandemia? ¿Los comunistas del Ejecutivo acaso abandonan el subsidio a los pacientes para que todo quede librado a la oferta y la demanda con el objeto de demonizar a las clínicas y luego proceder a estatizarlas? ¿O acaso se abandonó una política de intercambio prestacional transparente para promover acuerdos mercantilistas?
En cualquier caso, la falta de intercambio prestacional entre el Estado y las clínicas es el origen de esta terrible campaña contra la inversión nacional y extranjera en el sector.
Pero eso no es todo. Los comunistas que alientan las estatizaciones de las clínicas quieren igualar las cosas hacia abajo; es decir, no quieren que la calidad y eficiencia de las clínicas se extienda a todo el sistema de salud, sino que pretenden que los fracasos del Estado se generalicen. A eso llaman igualar. Por ejemplo, de los más de 8,000 pacientes registrados por muertes de Covid, solo el 2.7% ha perecido en las clínicas, el 43.8 % en los hospitales del Minsa y gobiernos regionales, el 39.61% en los hospitales de Essalud, el 2.81% en el sistema de sanidad de la Policía y las Fuerzas Armadas y el 10.82% en sus domicilios. ¿No hay una diferencia radical, además de las diferentes proporciones en la demanda?
En un reciente comunicado de la Asociación de Clínicas Particulares se menciona el informe de la Sala Situacional del Covid del Minsa (hasta el 22 de junio) y se registra que el sector privado de la salud en sus Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) venía atendiendo al 21.2% del total pacientes del país urgidos de ventilación mecánica. Esa cifra puede ser ínfima frente al 80% restante de nuestros enfermos, pero no lo es. El motivo: el Minsa, con todos los ingentes recursos que aporta el sector privado para los festines de la burocracia, solo atendía al 21.8%. En otras palabras, el sector privado aportaba en términos iguales el Ministerio, al que le sobran los recursos. El sistema de la sanidad de la Policía y las Fuerzas Armadas atendía al 3.3% de los pacientes en UCI, los gobiernos regionales al 18.2 y Essalud –también perteneciente al sector no estatal– intentaba salvar las vidas de un 35.5% de los pacientes en UCI.
Todos los problemas que se presentan en los cobros a los pacientes de las clínicas son exclusiva responsabilidad del Ejecutivo, que ha abandonado la política de intercambio prestacional con el sector privado. Lo mismo sucedió con los cobros excesivos en las pruebas moleculares. En cualquier caso, debemos estar más que alertas porque los comunistas y los populistas quieren estatizar algo para tener una cabeza de turco y eludir sus responsabilidades históricas en el fracaso en la contención de la pandemia.
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