Sigue la noche política

¿Qué hay de nuevo en las candidaturas regionales y municipales?

Luego de vencerse los plazos para la inscripción de los candidatos a las presidenciales regionales, alcaldías provinciales y distritales nada nuevo aparece en el firmamento de la política y, por el contrario, las cosas adquieren todos los tonos y colores de una tragedia. Nadie puede negarlo: la política está cada vez peor.

De los diez presidentes regionales que postulan a la reelección, por ejemplo, cuatro están procesados en el Poder Judicial y dos de ellos están detenidos. En un acto de audacia sin precedentes Klever Meléndez de Pasco y Gregorio Santos han decidido tentar la reelección en sus respectivas regiones desde la prisión. No sería extraño que con estrategias de victimización dos hombres acusados de delitos sean reelegidos con el voto popular.

En general los casos mencionados son solo la punta del iceberg de la crisis del sistema político peruano, que se resume en la ausencia de partidos nacionales y en una fragilidad institucional que han permitido que el crimen organizado se vincule con autoridades regionales a vista y paciencia de todos. No hay mejor fotografía de la crisis pública que el diagnóstico de los grupos y líderes que se presentan a estas elecciones sub-nacionales.

En las democracias con relativa salud, las elecciones sub-nacionales sirven para aceitar las maquinarias partidarias, foguear a los jóvenes promesa de la política y enriquecer el arsenal ideológico y programático. Nada de esto sucede en el Perú. Las nuestras están pobladas por líderes y movimientos pragmáticos en el peor sentido de la palabra, que una mañana pueden promover la inversión y otra tarde pueden bloquear un proyecto como Conga. Líderes que solo buscan administrar la enorme riqueza de la descentralización económica y social que ha creado la economía de mercado.

Sin embargo no todo son sombras en la noche de la política. De alguna manera, la debacle de los cacicazgos regionales ha permitido que los partidos políticos salgan de la hibernación y se lancen a pelear regiones y municipios. Por ejemplo, el fujimorismo ha presentado candidatos en todas las regiones, en el 70% de las provincias y la mitad de los 1,800 distritos. De otro lado, si bien el Apra ya no tiene la fuerza organizativa de antaño, ahora se presenta en todas las capitales de regiones o apoya directamente a movimientos independientes. La candidatura de Enrique Cornejo parece apuntar en esa dirección.

Algunos años atrás los sociólogos solían pontificar señalando que la renovación de la política iba a venir de los movimientos regionales que habían surgido en los últimos años, y que las viejas figuras comenzaban a oler a formol. Ha sucedido todo lo contrario. La sociología en el Perú está en cuidados intensivos. La gran política sigue siendo de Keiko Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García, Luis Castañeda, Ollanta Humala, Lourdes Flores, Nadine Heredia y todos los antiguos rostros que nos acompañan en las últimas décadas.