¿Ministro de Salud avala las leyendas contra la minería?

La reciente reunión del ministro de Salud, Víctor Zamora, con integrantes de la denominada “Plataforma Nacional de Afectados por Metales Tóxicos” y “La Mesa de Salud Ambiental y Humana” ha dejado estupefactos, sin aliento, a todos los peruanos de buena voluntad que están comprometidos a superar la recesión y el aumento de pobreza que dejarán la pandemia y los yerros del Ejecutivo. Todos han entendido que al aceptar esa reunión el ministro Zamora ha avalado la actuación de esta organización que difunden mitos y leyendas para bloquear las inversiones en minería.

Según lo que hasta ahora se conoce en la reunión entre Zamora y la Plataforma, el ministro “resaltó la importancia del reclamo de la participación social de las y los afectados” (por metales tóxicos) y “para discutir la agenda (durante este año) de este colectivo”, según artículo publicado por la oenegé Derechos Humanos sin Fronteras. Asimismo, se acordó tener una nueva reunión el martes 30 de junio para seguir “atendiendo los temas centrales”, y cómo el sector salud apoyará a las personas afectadas por metales tóxicos; así como la elaboración de un mapa de riesgo de contaminación y la implementación de un padrón de registro nacional de personas afectadas.

En cualquier caso, vale informar a los burócratas colectivistas que los activistas antimineros vienen difundiendo mentiras acerca de que las aguas que discurren en las alturas, cerca de comunidades y poblados, están contaminadas por actividades mineras. Parecen ignorar que las aguas de los Andes, generalmente, tienen una contaminación natural (sobre todo por cadmio y mercurio) por el llamado fenómeno lajar; es decir, zonas volcánicas que contaminan el flujo de las aguas luego de las lluvias. Por ejemplo, en Espinar es precisamente lo que sucede. El hecho ha sido demostrado por varias investigaciones científicas; aparte, claro está, de que el agua de consumo humano es administrada por la municipalidad.

Sin embargo, el activista antiminero que pretende favorecer a la producción de las minas de otros países –bloqueando la producción nacional– construye mentiras y leyendas a partir de estos hechos naturales. Al detener las inversiones, los precios de los metales suben y se benefician los mineros de otros países, sobre todo en tiempos de recesión y pandemia mundial.

Ahora nos preguntamos, ¿cómo es que el ministro de Salud puede “resaltar” la importancia del “reclamo” de este colectivo, cuando están a su alcance todas las investigaciones científicas sobre el papel de la minería moderna y la alta concentración natural de metales que existe en los ríos y quebradas de altura? La única explicación: la ideología es más fuerte que la realidad, la ideología importa más que el aumento de la pobreza y la desnutrición.

Vale indicar que en dicha Plataforma Nacional de Afectados por Metales Tóxicos y la Mesa de Salud Ambiental y Humana participan, entre otros organismos, la organización no gubernamental Derechos Humanos Sin Fronteras y otras oenegés que promueven el bloqueo de las inversiones mineras en llamado Corredor Vial del Sur andino, en donde se emplazan las minas que producen más del 50% del cobre del país. Esta misma oenegé está detrás de una campaña de desinformación contra las empresas Hudbay y Tintaya, concesionarias de las minas Constancia y Tintaya respectivamente, acusándolas de contaminar las aguas con metales tóxicos y pesados que vienen de los lajares.

Recordemos que cuando el país, debido los estropicios anti inversión del nacionalismo, comenzó a crecer a tasas muy bajas para reducir pobreza, alrededor de 1.5% del crecimiento se explicaba por la producción de cobre. Ahora que entramos en grave recesión, ¿qué significa, pues, apoyar la estrategia antiminera? 

El ministro Zamora y su equipo de colaboradores tienen todo el derecho a profesar una ideología de izquierda y militar en movimientos colectivistas. Nadie discute ese derecho impostergable. A lo que no hay derecho es a utilizar un cargo en el Estado para alentar una agenda partidaria, y menos todavía existe derecho alguno a promover el bloqueo de inversiones mineras, el cierre de minas y la interrupción de la producción de cobre en el preciso momento en que la demanda mundial de metales se contrae y los precios de los commodities se desploman.