Editorial Política

Luces y sombras del mensaje presidencial

Luces y sombras del mensaje presidencial
  • 28 de julio del 2014

Análisis del mensaje a la nación del presidente Ollanta Humala

Si bien es evidente que los peruanos deben celebrar que el régimen ha comenzado a tomar en serio la desaceleración económica y la crisis de seguridad ciudadana, el discurso del presidente Humala del 28 de julio nos deja varias interrogantes y diversas dudas.

El régimen ha decidido enfrentar con firmeza la desaceleración económica del país que se hizo evidente, clamoroso, en el primer semestre de este año por una impresionante caída de la inversión privada, pero en el mensaje de Fiestas Patrias se nota una renuncia, quizá una resignación, a restablecer la confianza empresarial, y se coloca al Estado como el garante de la lucha contra la desaceleración.

Los proyectos de la Línea 2 del Metro, el Gasoducto del Sur, la Modernización de la Refinería de Talara, y otros, que suman una inversión cercana a los US$ 19,000 millones, proyectos en los que el Estado, los consumidores y los contribuyentes son la contraparte o la garantía de la inversión privada, se convierten en los paradigmas de la administración Humala.

Tenemos que celebrar esos esfuerzos en tiempos de desaceleración. Pero hubiese sido absolutamente diferente si el jefe de Estado hubiera anunciado que Conga va, que se destrabarían los 32 proyectos petroleros paralizados y que el Perú volvía a ser una estrella de las exploraciones en minería e hidrocarburos. La inversión en recursos naturales es uno de los motores del crecimiento económico (le agregan los puntos que hemos perdido del PBI), pero solo escuchamos que la garantía del Estado o de los consumidores será la fuente de la reactivación.

Si a esto le sumamos que el Plan Nacional de Diversificación –que en realidad no tiene propuesta a favor ni en contra del modelo económico- se lanza, según el jefe de Estado, por la caída de los precios de los minerales y la crisis internacional, no obstante que el precio del oro y el cobre están por encima del promedio de la última década, que China crece a 7% y Occidente está en franca recuperación, el mensaje nos transmite un tufillo que huele, por decir lo menos, a estatismo.

El aumento del 0.5% del PBI para el sector educación que representa 4,000 millones de soles, de los cuales 3,200 se destinarían a remuneraciones; la promesa de incrementar el presupuesto de salud en 2,500 millones de soles cada año y el engrosamiento de programas sociales como Qali Warma, Juntos, el financiamiento de miles de comedores populares, parecerían apuntar en ese sentido. Se lucha contra la desaceleración, se hacen cosas en educación, salud, lucha contra la pobreza, pero el Estado es el héroe. Se olvida que, en la impresionante reducción de la pobreza del país, el 75% le corresponde al crecimiento económico y el resto al estado y otras entidades.

En cuanto a la seguridad ciudadana, un problema que se transforma en una especie de desborde social nacional de la criminalidad que afecta a ricos, clases medias y pobres, en realidad, más allá de propuestas efectistas no hubo iniciativas de reforma para modificar la relación del Estado con la sociedad y la ciudadanía para combatir este flagelo. ¿La reforma de la policía? ¿Medidas reales para evitar que las cárceles se conviertan en estados mayores de la criminalidad? ¿Las políticas para que la Fiscalía, el Poder Judicial y el Inpe formen un solo puño contra la criminalidad? Ningún tema de fondo.

Pero si hubo algunos anuncios que son efectistas: 30 mil nuevos efectivos, crear direcciones especializadas de seguridad ciudadana, terrenos, construcción; patrullaje nacional integrado, 24 nuevos helicópteros y compras tecnológicas. Es decir, el asunto es de “organización” y de “tecnologías”. ¿Acaso los especialistas no han sostenido que es un tema de políticas y reformas?

En síntesis, el mensaje presidencial nos deja ese resabio que nos indica que, en la administración humalista, hay consciencia de los grandes problemas del país, pero que se olvida o se ignora cuáles son las herramientas o los sectores fundamentales a los que debemos recurrir para enfrentarlos y encontrar soluciones.

  • 28 de julio del 2014

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