Lobby, ¿dónde estás?

Las disputas al interior del Gabinete que bloquean las inversiones en recursos naturales                                                                                      

Luego de conocerse los llamados Cornejoleaks quedaron en evidencia las enormes diferencias dentro del Gabinete en cuanto a la promoción de la inversión privada. Es evidente que el ministerio de Economía y Finanzas y los titulares de los sectores productivos están empeñados en destrabar y facilitar la inversión paralizada en minería, petróleo y energía. Pero también es evidente que, en el ministerio del Medio Ambiente, hay una obsesión en colocar a las empresas bajo sospecha permanente de atentar contra el medio ambiente y los sistemas ecológicos.

En los correos interceptados a René Cornejo, el ministro de Medio Ambiente, Juan Manuel Pulgar Vidal, manifiesta su fastidio porque, en una reunión entre los técnicos de su portafolio y del de Energía y Minas, se le consultó a una empresa petrolera sobre cómo destrabar las inversiones en hidrocarburos habida cuenta de que existen 32 emprendimientos paralizados y que suman alrededor de US$ 2,500 millones.

En este Portal hemos sostenido que cualquier expresión de mercantilismo o lobby mal entendido debe desterrarse de las relaciones entre el Estado y los privados. Pero, en este caso, el pecado NO está en haber pedido opinión a las empresas concernidas sino en el carácter reservado, en no haber difundido las discusiones sobre cómo destrabar las inversiones. Ese es el error y, sobre ese yerro, algunos han deslizado la idea de un presunto lobby.

Lobbies como intereses existen en todas partes, incluso, en elsector del Medio Ambiente, donde las ONG vinculadas al ecologismo radical han convertido a ese ministerio en una verdadera fortaleza contra la inversión privada. La sociedad moderna no es una sociedad de vírgenes ni de ángeles sino es una suma de intereses encontrados. El secreto de la democracia y el mercado consiste en que los intereses se organizan y se alinean para favorecer a las mayorías.

En el caso de las guerras del ecologismo radical contra la inversión privada vale preguntarse qué interés es el que la mayoría del país debe respaldar. La desaceleración económica se debe a la paralización y bloqueo de las inversiones en recursos naturales, una parálisis que afecta el sorprendente ritmo de reducción de pobreza y desigualdad que el país ha desarrollando en el último cuarto de siglo. El ecologismo radical le ha puesto la puntería a las mineras o petroleras porque su principal interés es modificar el modelo económico. De lo contrario, se estaría luchando en las calles contra los desagües y basurales que han envenenando casi todos los ríos del país y ya constituyen una amenaza ambiental para el país.

En los mencionados Cornejoleaks el titular de Medio Ambiente se pone iracundo porque se pretende exonerar de los estudios de impacto ambiental a la sísmica (mediante ondas sonoras) en la exploración de petróleo en el mar, y porque se le consulta a las empresas petroleras. La exploración sísmica es práctica común en el Mar Norte, que se estira en las costas de Noruega y Finlandia, dos líderes en la defensa de la ecología planetaria.

Si el reciente paquete reactivador propuesto por el jefe de Estado y aprobado en el Congreso apunta a levantar las sobre-regulaciones y aduanas que ha creado el ecologismo radical en el Estado para bloquear las inversiones en recursos naturales, ¿por qué extraña razón Pulgar Vidal aparece como un ministro que encabeza guerras mediáticas en defensa de posiciones que el gobierno descarta?

Todo parece indicar que alguien ha generado miedo en Palacio porque la COP 20 de las Naciones Unidas se realizará en diciembre en Lima y trata de utilizar este evento internacional para imponer una política interna que responda a los intereses del ecologismo radical. El Perú participa y forma parte de de una decena de eventos y organismos vinculados a la preservación del medio ambiente, pero nunca nadie utilizó uno de ellos para tratar de mangonear un Gabinete o modificar una política económica.