La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Cómo la polarización política enrarece el clima de inversión y frena la economía
La expectativa de crecimiento del PBI para el 2015 se redujo a 4.5%, según la última encuesta de expectativas macroeconómicas del BCR. El magro crecimiento del 2014 (2.7%), la débil expansión que se anuncia para este primer trimestre y las interrogantes sobre la economía mundial parecen ser las causas de las declinaciones.
Empezamos, pues, el nuevo año corrigiendo las predicciones a la baja, tal como sucedió en el 2014 cuando se pronosticó un 6% de expansión. Nadie lo puede negar: vivimos en tiempos de desaceleración y los esfuerzos de algunos ministros para enfrentar el frenazo no prenden en medio del desmadre político que desata el gobierno.
De continuar el débil crecimiento del año pasado muchos de los logros alcanzados en la última década, tarde o temprano, comenzarán a r
evertirse. La impresionante reducción de una pobreza cercana al 60% de la población a solo un 23%, y la expansión de las clases medias, entrarían en cuestión. Con una expansión por debajo del 3% algunos sectores que dejaron la pobreza retornarían a ella.
El economista César Peñaranda calcula que la economía necesita crear 250 mil nuevos empleos para absorber la nueva fuerza laboral que se incorpora anualmente a la PEA. Con un crecimiento menor al 3.5% no es posible crear esos empleos y la pobreza ya no se reduciría, sino que se mantendría igual o aumentaría.
No es mucho lo que se puede hacer cuando el gobierno insiste en los errores que nos han empujado a esta situación. La crisis política, la polarización y las excomuniones en el espacio público, minan la confianza del empresariado, el principal actor del crecimiento y la reducción de la pobreza que convirtió a nuestro país en la estrella de América Latina.
Vale recordar que la inversión total de la economía en los últimos años sobrepasó el 25% del PBI, monto del cual más del 80% corresponde al sector privado. La inversión privada crecía sostenidamente, pero el 2014 cayó en 1.7% como signo incuestionable de la desconfianza empresarial. Algunos pretenden dorar la píldora soslayando los factores internos y cargándole las tintas a la economía mundial. Sin embargo, nadie puede explicar cómo Bolivia, Ecuador y Colombia siguen creciendo por encima del 4% del PBI, sobre todo, porque continuaron alentando la inversión en sus recursos naturales.
Si bien es complicado revertir la tendencia decreciente de la inversión privada con un gobierno que se convierte en un peleador callejero y con la cercanía del cronograma electoral, es necesario subrayar en que no hemos hecho la tarea para evitar la desaceleración que hoy nos golpea. Por ejemplo, la interrogante sobre cómo recuperamos un clima de inversión adecuado debería estar en la agenda del gobierno, de los líderes y partidos de oposición, no obstante que ya está corriendo el cronograma electoral.
¿Se puede hacer algo al respecto? Si fuéramos una sociedad con una cultura política más democrática todos los actores entenderían que no hay democracia sin mercado, que no hay política sin economía, y que solo el país será el afectado si continúa la desaceleración.
De otro lado, los líderes y partidos de oposición que pretenden ganar las próximas elecciones, deberían ser los más interesados en que las medidas destinadas a reactivar la economía, a resolver la crisis de las instituciones, a solucionar el déficit de infraestructuras, avancen hasta el último minuto del actual gobierno. Finalmente, la próxima administración nacional se beneficiará con la cosecha.
14 - Ene - 2015
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