Editorial Política

¡Hora de sincerar la situación Covid-19!

Es la única manera de evitar una tragedia nacional

¡Hora de sincerar la situación Covid-19!
  • 06 de abril del 2020

El último reporte del Ministerio de Salud (Minsa) señalaba 2,281 infectados por el Covid-19 durante la tercera semana de cuarentena. De otro lado, se indicaba que existían 321 pacientes hospitalizados, de los cuales 81 estaban con ventilación mecánica. En total se habían realizado 19,410 muestras. ¿Qué significan estas cifras? En cualquier caso, lo más grave: comienza a agotarse la capacidad de nuestro sistema hospitalario con unidades de cuidados intensivos (UCI), habida cuenta de que el propio Ejecutivo ha señalado que en la actualidad tenemos 257. Entre abril y mayo debe llegar una compra de 110 respiradores realizada por el sector privado.

La cifra de 83 muertos para el número de infectados reportados representa una tasa de mortalidad muy alta en América Latina. En otras palabras, ante la falta de kits para pruebas moleculares se toman muy pocas muestras en la población, y los infectados suelen llegar a los hospitales en la tercera etapa de la enfermedad, que exige camas UCI. En la mayoría de nosocomios ya no hay unidades de ventilación mecánica.

¿Qué información nos transmiten estos números tres semanas después de la cuarentena? Que el Estado no está preparado para enfrentar la pandemia. No hay tests moleculares para desarrollar pruebas masivas que posibiliten ubicar los focos infecciosos y establecer cuarentenas focalizadas, no hay suficientes unidades UCI para evitar que la mortandad se dispare, y existe un problema grave de comunicación del Ejecutivo con respecto a la pandemia. Por ejemplo, el sábado pasado, por la falta de información adecuada sobre la real situación del avance del Covid-19 y el exceso de triunfalismo, las mujeres de los barrios mesocráticos y populares abarrotaron los diferentes centros comerciales, interrumpiendo de hecho la cuarentena social.

Por todas estas consideraciones, el Ejecutivo debe sincerar la situación del avance de la pandemia en el Perú, la capacidad de nuestros hospitales, la situación del personal médico y el número de pruebas con que se cuenta. Únicamente alguien falto de peruanidad y amor a los ancianos, los más pobres y los más desvalidos, podría desear el fracaso del Gobierno por criterios políticos, porque el fracaso gubernamental se convertiría en una tragedia nacional que amenazaría a la peruanidad.

Exigir sincerar la situación no tienen que ver con cálculos políticos. Es la única manera de desarrollar un diagnóstico real para movilizar a toda la sociedad en defensa de la peruanidad. Y los números nos indican que estamos perdiendo la guerra contra el Covid-19. Si ese sinceramiento requiere cambiar ministros y funcionarios, así como formar comisiones de mayor convocatoria y predicamento, el presidente Vizcarra debe hacerlo.

Únicamente con el sinceramiento de la situación estaremos en condiciones de entender que la demora –en los meses pasados– en adquirir pruebas y equipos, hoy torna casi imposible comprar en el mercado mundial, porque los países se arranchan las pruebas moleculares y los respiradores, tal como lo vemos entre los estados europeos. En este contexto, se entenderá la enorme importancia del respirador nacional que ha creado la Marina de Guerra del Perú y la urgencia de que sean diversas empresas las que inicien la construcción de esta máquina. La posibilidad de reducir la tasa de mortalidad se juega en esta alternativa. Igualmente, ya se sabe que la industria textil peruana fabricará 30 millones de mascarillas y equipos de bioseguridad en las próximas semanas. Estas experiencias e iniciativas deben multiplicarse al infinito.

Asimismo, el sector privado más poderoso de nuestra historia debe ser capaz de movilizar todos sus recursos en los mercados mundiales para superar las ineficiencias y sobrerregulaciones del Estado y conseguir pruebas moleculares, equipos para los hospitales, respiradores e implementos de bioseguridad médicos.

Hoy el mensaje es claro: las sociedades que enfrentarán con relativo éxito esta pandemia del siglo XXI son aquellas capaces de convocar lo mejor de sus fuerzas internas y crear sinergias para desarrollar una guerra sin cuartel contra el enemigo invisible.

  • 06 de abril del 2020

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