Editorial Política

En defensa del nuevo héroe del Perú: ¡el médico!

Sin embargo, el populismo es la peor manera de hacerlo

En defensa del nuevo héroe del Perú: ¡el médico!
  • 11 de junio del 2020

A pesar del fracaso de las políticas del Ministerio de Salud (Minsa) y del Ejecutivo en la contención de la pandemia y de la falta de genéricos –por directa responsabilidad de las más de 8,000 farmacias del Minsa, casi el 80% del total–, la tasa de hospitalizaciones de la explosión de contagios por el Covid-19 se mantiene en 6% del total de infectados y la letalidad registrada no es alta. ¿Cómo explicar esta situación? La única posibilidad: la calidad de nuestros médicos –que estudian ocho años–, que es reconocida a nivel del planeta. Al margen de las directivas burocráticas, los médicos peruanos comenzaron a movilizar la atención primaria del sistema de salud y a prescribir un tratamiento de genéricos muy eficaz en la primera fase de la enfermedad.

De allí que, a partir de ahora, un médico peruano que ha estudiado en una universidad nacional (no los operadores cubanos que estudian solamente cinco años) debería ser considerado parte de una élite que toda la sociedad deba cuidar. Un galeno nacional no debería ganar menos de US$ 5,000 mensuales para equilibrarnos con países como Brasil, Argentina, Chile y Colombia. 

¡Una locura que desfinanciará el presupuesto del Minsa y del Estado! De ninguna manera, amigo colectivista. Si el Estado peruano cierra ministerios sin utilidad –como los de La Mujer, Cultura, Ambiente y el Midis, que superponen sus funciones a las de otros– no solo se podrá establecer sueldos de ese rango, sino que se mejorarán. ¿Cómo es posible que el Estado gaste US$ 65,000 millones el año y no le pague bien a nuestros héroes que han salvado tantas vidas, y muchos de ellos han muerto por el abandono del Estado?

Planteada estas cosas vale también precisar que el populismo es el peor enemigo de la revaloración de la profesión médica, porque puede crear la ilusión de aumentos de sueldos, pero finalmente destruye instituciones. El Seguro Social en el Perú (Essalud) está al borde del abismo. Tiene deudas por cobrar que sobrepasan los S/ 4,000 millones, de los cuales el 40% corresponde al Estado. ¿Por qué el Ejecutivo, que gasta a diestra y siniestra, no ordena el pago de la deuda, habida cuenta de que las empresas han ingresado a un proceso masivo de quiebras?

En este contexto, el Congreso aprueba una norma que establece que todo el personal contratado por CAS pase al régimen del D.L. 728. Es decir, no solo los médicos sino todo el personal sanitario en EsSalud, Minsa, gobiernos regionales, Sanidad Policial, sanidades de las Fuerzas Armadas y las municipalidades, entre otros, pasen a un sistema laboral permanente. Considerando que lo adeudado a Essalud generaba un déficit de apertura de un tercio de los S/ 12,000 millones presupuestados, la norma del Congreso incrementará el déficit de la Seguridad Social en S/ 1,175 millones.

¿Por qué el Congreso estatiza el sistema de seguridad social que depende de un directorio integrado por representantes de la empresa, los trabajadores y el Estado? ¿Por qué se vulnera la Constitución y el reglamento del Congreso al desarrollar iniciativas de gasto en el Estado? Nadie lo entiende. Pero desde el populismo todo eso parece justificado.

Si el Congreso está por reconocer a los nuevos héroes del Perú –con caídos que deben estar al lado de Grau y Bolognesi– debe atreverse a reformar el Estado y a reducir ministerios y gasto corriente, como parte de una reforma general del Poder Ejecutivo. Únicamente de esa manera se podrá reorientar gastos para establecer remuneraciones dignas para los médicos del país. 

Tal como lo ha señalado el doctor Herberth Cuba en este portal, los médicos nacionales estudian ocho años y además deben rendir un Examen Nacional de Medicina (ENAM) para obtener la colegiación. Se conoce que durante el Gobierno nacionalista se convocó a 500 médicos cubanos que rindieron el ENAM, y que ninguno aprobó. Luego de la respectiva colegiación, los médicos peruanos deben además realizar el Servicio Rural y Urbano Marginal en Salud (Serums) durante un año en las zonas marginales y pobres del Perú.

Por todas estas consideraciones es inaceptable que se emitan decretos de urgencia que suspenden el requisito de rendir el ENAM para ejercer la medicina, con el argumento de la emergencia. Y menos todavía convocar a operadores políticos que ingresan al país disfrazados de médicos. Hoy los médicos muertos sin equipos de protección especial forman parte de la galería de los héroes nacionales. Es hora, pues, de reconocerlos.

  • 11 de junio del 2020

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