Editorial Política

¡El Perú necesita un nuevo Gabinete!

Para organizar elecciones y enfrentar pandemia y recesión

¡El Perú necesita un nuevo Gabinete!
  • 09 de julio del 2020

El presidente Vizcarra acaba de convocar a elecciones generales luego de que el Congreso aprobara una reforma constitucional que elimina el antejuicio para los principales funcionarios, electos y no electos, del Estado. Una serie de acciones y reacciones amenazan con desmoronar el andamiaje institucional de la República: el jefe de Estado propuso la eliminación de la inmunidad parlamentaria y el Congreso eliminó el antejuicio para todos, incluidos el propio Presidente y los ministros. Las reformas constitucionales, pues, comienzan a convertirse en el espacio privilegiado de la guerra política. Si esa lógica continúa, la República no sobrevivirá. En este contexto se realiza la convocatoria del proceso electoral del 2021.

Es incuestionable que la convocatoria a elecciones genera la posibilidad de un nuevo clima político. Y si a ese hecho le agregamos la reunión del llamado Consejo de Estado, en el que el presidente Vizcarra se encontró con el titular del Congreso, Manuel Merino, la posibilidad de construir puentes y entendimientos están sobre la mesa. Sin embargo, a nuestro entender, la decisión del jefe de Estado de abandonar la confrontación requiere de una decisión política clave para organizar un nuevo momento: la conformación de un nuevo Gabinete de mayor convocatoria, calidad y eficiencia.

Si tuviéramos que definir al Gabinete Zeballos tendríamos que llamarlo el “Gabinete de la guerra”. Es el equipo gubernamental del cierre del Congreso pasado y de la permanente confrontación con el Legislativo alrededor de la denominada “reforma política”, que desembocó en la terrible decisión de eliminar el antejuicio para todos. Y si tuviéramos que seguir definiendo al Gabinete Zeballos, igualmente señalaríamos que es el Consejo de Ministros que fracasó en la contención de la pandemia y en evitar una recesión que se ha convertido en una de las más graves del planeta, no obstante que el Ejecutivo tiene todos los recursos fiscales habidos y por haber. 

Además, el Gabinete Zeballos desató una guerra de fórmulas populistas con el Congreso que puede terminar desmoronando el modelo económico: retiros alegres de las cuentas individuales de las AFP, control indirecto de las pensiones educativas privadas, campañas para regular los precios de las medicinas y el peligroso amague de estatización de las clínicas privadas. Si bien el Congreso compitió y ganó en populismo (leyes de retiros de AFP, peajes, propuesta de congelar obligaciones bancarias), es incuestionable que, si deseamos abandonar la confrontación política que destruye la República y evitar esta carrera populista desbocada entre poderes, el Perú necesita un nuevo Gabinete de cara hacia el 2021.

En ese escenario el presidente Vizcarra tiene la sartén por el mango, como suele decirse. Si realmente se pretende construir un nuevo clima político que supere la confrontación que se expresa en las guerras por reformar la Carta Política a tontas y locas, entonces, tienen que ser nuevos nombres, con más predicamento, quienes construyan los puentes y los diálogos con el Poder Legislativo. 

Si el jefe de Estado se decide por ese camino es evidente que las posibilidades de sobrevivir de nuestro sistema republicano se incrementarán, se detendrán todas las reformas políticas que buscan controlar instituciones para favorecer a un determinado sector y se superará la lucha desbocada por ganarse el favor del pueblo con fórmulas, propuestas y leyes populistas y demagógicas, en el Ejecutivo y el Congreso.

En un escenario de convergencias y entendimientos no solo ganará la experiencia republicana y se mejorará la lucha contra la pandemia y la recesión, sino que el propio jefe de Estado podrá focalizarse en los graves problemas de gobernabilidad y pobreza que nos dejará la crisis sanitaria.

Y si las cosas avanzan por este camino, a pesar del deterioro institucional, a pesar de las guerras ideológicas que se expresan en una judicialización brutal de la política, la actual experiencia republicana avanzará hacia la quinta elección nacional sin interrupciones. Un logro excepcional en la historia de la República.

  • 09 de julio del 2020

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