Contraofensiva del ecologismo radical

¿Se pretende usar COP 20 para mantener paralizada inversión en recursos naturales?

Mientras el presidente Humala sostenía en la reunión de la ONU sobre el Cambio Climático, en Nueva York, que el Perú podría perder hasta el 50% de su PBI en el 2050 si no se enfrentaba el calentamiento global, el ministro del Ambiente, Juan Pulgar Vidal, señalaba que se opone a eliminar los estudios de impacto ambiental a la exploración sísmica en petróleo y a reemplazarlos por declaraciones ambientales.

El titular de Energía, Eleodoro Mayorga, ha propuesto esa fórmula siguiendo los ejemplos de los países líderes ecológicos del planeta –Noruega, Dinamarca, Francia, Alemania, Reino Unido- que explotan petróleo en el Mar del Norte, y además considerando que en el país están paralizados US$ 2,500 millones de inversiones en hidrocarburos.

Cualquier ciudadano distraído podría relacionar la pérdida del 50% del PBI en el 2050 con la necesidad de mantener sobrerregulaciones a las inversiones petroleras. Algo más. La exploración sísmica se desarrolla mediante lanzamiento de ondas sobre los lechos marinos. Nada más. ¿A qué viene todo esto? Desde este Portal lanzamos la hipótesis de que la reunión de la COP 20, que se realizará entre el 1 y el 12 de diciembre en Lima, pretenderá ser utilizada por el ecologismo radical para mantener las sobrerregulaciones ambientales que tienen detenidos US$ 24,000 millones de inversiones en minería, petróleo y energía y que, en gran parte, explican la desaceleración de la economía.

Un solo ejemplo: En una carta enviada al presidente Humala por más de 100 organizaciones ambientalistas del mundo se cuestiona el último paquete de medidas aprobado por el Congreso para destrabar las inversiones en recursos naturales. Este pronunciamiento internacional refuerza el concepto de “paquetazo ambiental” que usan los ecologistas radicales peruanos para oponerse a esas medidas. La estrategia es clara: usar el evento internacional para evitar el giro económico pro inversión del gobierno, y Pulgar Vidal no esconde su simpatía con esta estrategia.

En primer lugar una aclaración: Aquí todos apoyamos la lucha contra el cambio climático. Y creemos que la única manera de detener el calentamiento global es mediante las movilizaciones de las sociedades democráticas. La libertad es la única garantía para que las sociedades preserven el medio ambiente. Para nosotros el crecimiento económico es una garantía de la permanencia de la democracia y el mercado, y la inversión en recursos naturales es fundamental para continuar con la expansión económica.

Antes que defender el medio ambiente, los ecologistas radicales pretenden cambiar el modelo económico deteniendo a uno de sus motores principales: la inversión en recursos naturales. Si realmente les interesara los ecosistemas estarían combatiendo la muerte y destrucción que causan la basura y los deshechos de las ciudades que son arrojados a todos los ríos del país. También denunciarían la contaminación del aire por el parque automotor. Sin embargo solo disparan contra las mineras que apenas usan el 1% del total de agua disponible y luego la reciclan.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se propone “estabilizar los niveles de emisión de gases en un plazo que permita a los ecosistemas adaptarse naturalmente al cambio climático, asegurar la producción de alimentos y permitir el desarrollo económico de manera sostenible”. ¿Quién propone detener las inversiones en recursos naturales? ¿Quién propone tener Estándares de Calidad Ambiental más altos que Europa, Estados Unidos y Japón para que no existan industrias? Es evidente que la ONU nada tiene que ver con estos extremismos.  Algunos sueñan con que la COP 20 sea el trampolín de un exilio dorado en organismos internacionales y, al parecer, no les interesa detener el crecimiento y la reducción de la pobreza.

(29 Set 2014)