La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Cómo la tramitología genera contaminación y frena inversión en industria de desechos. Al contrario de lo que sostienen los grupos enemigos de la inversión privada, nuestro mayor problema ambiental no es la actividad extractiva, que opera bajo estándares ambientales globales, sino la contaminación diaria de nuestros ríos y los lagos por la enorme cantidad de basura que que es arrojada a las riberas y cuencas por falta de rellenos sanitarios o centros de reciclaje de desechos sólidos. Existen en todo el país solo 11 rellenos sanitarios (¡solo dos de seguridad!, para basura tóxica, radiactiva y patológica). ¿Por qué? Porque la burocracia y la tramitología impiden la apertura de nuevos centros de tratamiento final de la basura. Cuando no, el estado ineficiente.
En pleno siglo XXI apenas 7 ciudades del país tienen rellenos sanitarios: Cajamarca, Carhuaz, Chincha, Maynas, Tarma, Santa Cruz de Junín y Lima. En el resto del Perú la basura termina en botaderos que son focos infecciosos que ponen en peligro la salud de las personas y el ambiente. Por lo general están en las riberas de los ríos y las orillas de los lagos.
Los rellenos sanitarios y los centros de reciclaje son administrados por empresas privadas de ingeniería sanitaria y ambiental que operan con tecnologías limpias. Los primeros trabajan en la disposición final de la basura, y los segundos en procesar los desechos reciclables. En el país hay un solo centro de reciclaje, del municipio de Surco.
Tampoco tenemos ni una escombrera, es decir un lugar especializado en tratar la basura de la industria de la construcción, que en la última década ha tenido una actividad explosiva. Esta basura va a parar a los botaderos o a las orillas del mar y los ríos, sin haber sido tratada.
Solamente en Lima se produce cada día 7,400 toneladas de basura, y se recoge solo el 88% de ese total, lo cual quiere decir que alrededor de 750 toneladas se quedan tiradas en las calles sin recoger, convertidas en focos infecciones y contaminantes. Esto ocurre principalmente en los distritos más pobres, por falta de medios para hacer un buen recojo. Pero tampoco todo el 88% termina en los rellenos santinarios ya que la corrupción desvía buena cantidad de la basura hacia botaderos manejados por segregadores informales. La corrupción, entonces, agrava la contaminación por basura.
Pero el mayor problema es, sin duda, la interminable fila de obstáculos que ponen los burócratas de las municipalidades, las regiones y el sector Salud (DIGESA) a la apertura de nuevos rellenos sanitarios y centros de reciclaje que se necesita para resolver el problema.
Las empresas interesadas en prestar servicios de tratamiento de residuos sólidos tienen que hacer trámites interminables para registrarse en la DIGESA y para obtener las licencias municipales o regionales necesarias para operar. La vía crucis que deben pasar desalienta a esas inversiones.
La tramitología también le está haciendo perder al país inversión en reciclaje. Una investigación del instituto Contribuyentes por Respeto (CPR) revela que, por ejemplo, en Alemania y Holanda, las empresas especializadas reciclan más del 50% de la basura, mientras en el Perú solo 3%. El estudio también señala que en Noruega se importa basura orgánica del Reino Unido para generar energía que luego comercializan.
Al respecto, CPR indica que la Oficina de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) ha emitido informes que identifican esas barreras burocráticas, pero al parecer los municipios y DIGESA no tienen voluntad política para eliminarlas porque no entenderían la urgencia de contar con nuevas empresas ante el aumento acelerado de la producción de basura, que en los próximos 20 años será el doble, según la OEFA.
La lucha por la defensa del agua supone, en consecuencia, enfrentar primero al estado burocrático que propicia la contaminación de los ríos, lagos y mar. Los ecologistas radicales y anti-mineros viven de espaldas a este problema y distraen al país atacando a las actividades extractivas que no contaminan el agua. Les interesa más la política que el ambiente..
23 - Abr - 2015
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