La comisión de Constitución del Congreso de la R...
Experiencia demuestra que la inversión privada garantiza mejor gestión y mayor cobertura. El ministro de Vivienda, Milton Von Hesse, declaró hace poco que el sistema de Empresas Públicas de Saneamiento (EPS) ha colapsado y que es urgente reestructurarlo para cerrar el déficit de los servicios de agua potable y desagüe. Surge aquí la interrogante: ¿Debemos insistir en el monopolio estatal para resolver el problema? Creemos que la gravedad de la situación y la urgencia de darle soluciones expeditivas y eficientes demandan que ese sector se abra ya a la inversión privada.
En un hecho ampliamente probado que el Estado es ineficiente en asignar recursos y ejecutar proyectos. Estamos en Marzo y apenas se ha ejecutado el 1.1% del presupuesto del Programa Nacional de Saneamiento Urbano y el 3% del programa Rural. El primero asciende a 2,101 millones de soles y el segundo a 1,473 millones de soles.
El punto es que para cerrar el déficit de agua potable y alcantarillado se requiere invertir 53,500 millones de soles hasta el 2021, lo cual implica una inversión anual media de 7,600 millones de soles; sin embargo actualmente se invierte solo de 2,000 millones a 3,000 millones al año. ¿Cómo cubrir esta diferencia? La respuesta es con inversión privada.
Así lo exige realidad actual: según la Encuesta Nacional de Hogares 2012 (Enaho) del INEI, solo el 45.6% de los peruanos que viven en el campo tiene acceso a esos servicios, frente al 88.7% en las zonas urbanas. Y según el ministro Von Hesse, de cada 100 metros cúbicos de agua que se produce, las EPS facturan solo 50 y cobran apenas 25. Más ineficiencia, imposible.
¿Por qué tan baja facturación? Porque el 50% del agua se pierde en filtraciones en tuberías, fugas en hogares y conexiones ilegales. Además, el 30% de las conexiones en Lima NO tiene medidor y por eso pagan solo de 20 a 40 soles al mes (por eso no les importa las fugas). En contraste, quienes no tienen el servicio gastan 60 soles al mes en comprar agua de camiones que casi siempre viene contaminada.
Estas cifras corroboran que las largas décadas de monopolio estatal en agua y desagüe han sido un fracaso. Solo han producido desigualdad e ineficiencia. Sin embargo, muchos gobiernos municipales o regionales se resisten a reestructurar o liquidar las EPS, ¿para hacer caja chica?.
El gobierno aprobó el 2013 la Ley de Modernización de los Servicios de Saneamiento, para mejorar la gestión de las EPS. La norma crea un Régimen de Apoyo Transitorio para las EPS que tienen problemas técnicos, financieros u otros que ponen en riesgo su viabilidad. Es decir para todas, pues el ministro Von Hesse ha dicho que ese sistema “ha colapsado”.
Creemos que antes que un régimen especial se impone la apertura de esos servicios a la inversión privada. La experiencia nos demuestra que la gestión privada es más beneficiosa. Por ejemplo, en 1990 solo el 3% de los peruanos tenían un celular, que costaba US$3,500, o un teléfono fijo, que costaba US$4,000. Hoy el más humilde ciudadano tiene acceso a un celular o fijo, y las tarifas son mucho más baratas que entonces.
El estado deberia entregar en concesión a privados los servicios de agua, tal como en La Habana, la capital de Cuba; para garantizar una gestión eficiente. Persistir en el monopolio estatal solo mantendrá la desigualdad y la ineficiencia.
07 - Mar - 2015
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