Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
En concordancia con la Ley Nº 29988, el Ministerio de Educación (Minedu) ha creado una comisión sectorial que se encargará de vigilar la idoneidad de los maestros. En el reglamento de ley se sostiene que “el profesor es el agente fundamental del proceso educativo y tiene como misión contribuir eficazmente en la formación del estudiante en todas las dimensiones del desarrollo humano”. Es así que la comisión sectorial se encargará de verificar que los profesores y personal administrativo no estén condenados por delitos de terrorismo, apología al terrorismo, violación de la libertad sexual y tráfico de drogas.
La comisión vigilará que los directores de los centros educativos verifiquen la situación jurídica del personal a su cargo y que ninguno de ellos tenga condena alguna por los delitos antes señalados. El propósito es asegurarles a los padres de familia que, por la naturaleza de su función, “el profesor debe exhibir solvencia moral y salud física y mental que no pongan en riesgo la integridad de los estudiantes”. Y que para prevenir y resolver la infiltración terrorista y la contratación de profesores acusados por tales delitos, la comisión se ocupará de presentar mecanismos y estrategias para proteger los valores y la moral de los estudiantes.
Sobre los delitos de terrorismo y apología al terrorismo, el viceministro de Gestión Pedagógica del Minedu, Guillermo Molinari, semanas atrás confirmó que los textos escolares para quinto de secundaria —de Historia, Geografía y Economía— ya están siendo revisados. Vale recordar que en esos libros se afirmaba que en el Perú hubo una guerra interna y no terrorismo. Ese relato histórico falso que leían los escolares es un error grave cometido por quienes tuvieron la responsabilidad de elaborar el contenido de ese libro. Hay que señalar que el mencionado error no fue material sino, por el contrario, un acto deliberado que forma parte de la estrategia de sectores de la izquierda cuya intención es torcer la realidad de las cosas, para influir en el desarrollo emocional y cognitivo de los escolares.
Vale recordar que en un libro en revisión de Historia, Geografía y Economía para quinto de secundaria, en la página 168, se afirma —a modo de discurso claramente político— que “Sendero Luminoso surgiría precisamente en esos intersticios como producto de esos desfases que se producen entre la capital y el campo, entre andinos y criollos, y representaría la reacción defensiva y autoritaria de una estrecha franja ubicada en el polo más golpeado y desarticulado por este desarrollo específico”. Un argumento cuya intencionalidad es colocar al senderismo en una posición de heroicidad y de liberación, casi al mismo nivel de los héroes nacionales.
El país sabe que ese argumento es una mentira colosal. El terrorismo no se puede explicar diciendo que las desigualdades sociales y económicas son el caldo de cultivo para una violencia social liderada por “héroes populares”. Tampoco que un “conflicto interno” enfrentó, por un lado, a “luchadores sociales” y, por el otro lado, a las fuerzas del orden. Tampoco se puede afirmar que la pobreza y la desesperación son justificaciones para desatar oleadas de horror con víctimas humanas y destrucción de la propiedad pública y privada. Esas ideas solo caben en una ideología que ha penetrado en la conciencia de las militancias organizadas con el propósito deliberado de la destrucción. Y esa es la intencionalidad que no se oculta en esos libros de quinto de secundaria: penetrar en el alma de la gente desde niños con ideas violentas. Queda esperar, entonces, los resultados inmediatos de la comisión sectorial: que libre a los escolares de la infiltración terrorista.
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