Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
Se culpa a la escuela privada de retrocesos para evitar responsabilidades
En la última Evaluación Censal de Estudiantes (ECE-2016) de segundo grado en colegios públicos y privados, los alumnos mejoran en matemáticas, pero caen en lectura. La ministra de Educación, Marilú Martens, casi en el acto salió a echarle la culpa del retroceso al sector privado. Sin embargo la manera cómo se presentan las cifras desatan más de una interrogante.
El 34.1% de alumnos de segundo grado de colegios públicos y privados alcanzó un nivel satisfactorio en matemáticas, según la última ECE 2016. Una mejora de 7.5% con respecto a los resultados del año anterior (26.6%). Sin embargo en comprensión lectora el mundo se nos viene abajo. Únicamente el 46.4% alcanza un rendimiento satisfactorio; es decir, 3.4% menos en relación con los resultados del año pasado (49.8%).
¿Cómo así se produce esta extraña tendencia estadística? Los colegios trepan en matemáticas y caen en comprensión lectora. Muy extraño resultado: se mejora en un área compleja y se resbala en otra. ¿Qué ha sucedido? La titular de Educación tiene una explicación: acaba de señalar que los colegios privados caen diez puntos mientras que los públicos algo más un punto.
Echándole una simple ojeada a la encuesta cualquiera percibe la manipulación y la evidente intención de maquillar las cifras de parte de los funcionarios que procesaron los resultados. Sucede que las comparaciones entre los sectores público y privado se realizan entre el sector público urbano y todo el sector privado. Es decir, se excluye al sector público rural. ¿Por qué? Porque son evidentes los retrasos en la escuela pública rural.
La manipulación de la encuesta produce una doble distorsión en contra del sector privado: mejores resultados para el sector público (urbano) y peores resultados para todo el privado porque se incluye los privados rurales. ¿Se puede dudar sobre la intención de manipular los resultados? Parece que no. Sin embargo, ¿cómo se puede caer en esa ligereza al presentar cifras tan sensibles para el futuro del país?
En este portal no nos cansaremos de repetirlo. En el Ministerio de Educación se ha enquistado una burocracia de izquierda que se consolidó durante la gestión de Jaime Saavedra, ahora nombrado jefe de Educación del Banco Mundial. Algunos pretenden cancelar el debate señalando que ese nombramiento revela que los opositores a la reforma Saavedra estaban equivocados. Bueno, habría que recordar que todas las reformas de los noventa que posibilitaron la participación del sector privado en educación —reformas que intentó desmontar la gestión Saavedra— fueron propuestas por el BM. En otras palabras, el BM contra el BM. ¿O no? Seguiremos con el tema más adelante.
¿A qué viene todo esto? Todo parece indicar que es la burocracia de izquierda que maneja el sector Educación es la responsable del maquillaje de las cifras que comprobamos en el ECE 2016. Con semejantes resultados se sigue demonizando al sector privado, mientras se evita asumir las responsabilidades en la gestión de la educación.
La ministra de Educación todavía ha ensayado otra tesis que señala que la caída se produjo, principalmente, porque la mitad de la matrícula en Lima corresponde al sector privado. En la hipótesis —sin comprobar— de que las cosas fueran así, surge una pregunta: ¿por qué crece tanto la matrícula en los colegios privados? ¿Por qué los promotores privados engañan a los padres de familia? ¿0 por qué los padres de familia simplemente huyen de la mediocridad de la escuela pública?
Es evidente, pues, que la respuesta es el fracaso del claustro público, que se pretende retocar con algunas interpretaciones particulares del ECE 2016. ¿Qué hacer frente esta impasse? En la medida que en el Perú existe un debate sobre el rumbo de la reforma educativa, quizá habría que buscar que instituciones independientes del Estado se encarguen de las evaluaciones censales de estudiantes para comprobar cuánto se ha avanzado y cuánto se ha retrocedido bajo el imperio del estatismo controlista que desarrolló el pasado nacionalismo y la gestión de Saavedra.
Cuando el Congreso censuró a Saavedra asumió una responsabilidad con el país. En ese sentido, en la medida que la educación hoy es un campo de batalla ideológico, el Legislativo debería retomar el tema para separar la paja del grano en la reforma de la educación, para diferenciar la realidad de los intereses de una burocracia de izquierda atornillada en el sector educación.
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