Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
Sobre la participación de la inversión privada en mejorar la infraestructura educativa
Toda reforma educativa comprende cambios estructurales en tres ámbitos: calidad de la enseñanza y la carrera docente, la gestión del sistema y la modernización de la infraestructura. El ministerio de Educación ha retomado en silencio el camino de la meritocracia de la plana profesoral para bien del país, también está abocado a nombrar y capacitar a los directores y ahora apuesta por convocar a la inversión privada para atacar el problema de la infraestructura educativa. Veamos como vamos en este último punto.
La experiencia histórica nos enseñan que la inversión privada es el motor que impulsa el desarrollo las sociedades, por eso vemos con entusiasmo la decisión del ministerio de Educación de impulsar las Asociaciones Público-Privadas (APP), como alternativa para cerrar el déficit de infraestructura educativa.
Este año el MINEDU ha recurrido por primera vez ese mecanismo para ejecutar proyectos de infraestructura por unos 1,800 millones de soles: Construir 12 Colegios de Alto Rendimiento (COAR) en el interior, y rehabilitar 43 colegios de Lima en situación de riesgo. Y para el 2015, planea realizar otras APP por 1,500 millones de soles para nueve COAR, 45 colegios en riesgo y dos institutos superiores tecnológicos.
Recurrir al dinamismo y la eficiencia del sector privado es, sin duda, la mejor opción. El déficit alcanza los 63 mil millones de soles (10% del PBI), en tanto que el Estado está en capacidad de gastar a lo mucho 3,000 millones al año en ese rubro. Esto quiere decir que si el Estado encara la situación solo se tardaría dos décadas en cerrar la brecha, lo cual supondría la pérdida de unas tres generaciones de alumnos.
¿Por qué el sector privado lo haría más rápido? Porque el mecanismo de APP le otorga libertad para hacer su trabajo y porque el inversionista correrá con el financiamiento de la obra en corto plazo, con cargo a que el Estado le retorne su inversión en pagos diferidos y le encargue el mantenimiento de la obra durante unos 20 años. Esto último es clave porque la principal causa del deterioro acelerado de las escuelas públicas es la falta de mantenimiento oportuno. Esta carencia obliga a los maestros a perder unos 22 días de clases al año en tratar de cubrirla.
El modelo de APP adoptado por el MINEDU para los niveles Inicial, Primaria y Secundaria, también le entrega al inversionista el equipamiento de las escuelas, que incluye mobiliario, sistemas de cómputo, bibliotecas, laboratorios y talleres. El know how privado en este punto es la mejor garantía de que por fin tendríamos colegios del siglo XXI.
En el caso de los Institutos de Educación Superior Técnico-Productiva (IESTP) la inversión privada participará además en la gestión educativa, orientando ésta a satisfacer la demanda de mano de obra especializada del mercado laboral. Un avance muy importante.
Finalmente, las APP permitirán generar eficiencia en el uso de los recursos públicos, pues se fiscalizará las obligaciones contractuales y el MINEDU podrá concentrar esfuerzos en aquellos sectores que necesitan mayor atención, como el rural.
El desafío ahora es sacar adelante dichos proyectos y evitar que no sean ahogados por la burocracia y la tramitología. Para sobre todo se le debe garantizar al inversionista reglas claras y estandarizadas, una adecuada distribución de los riesgos entre las partes, así como contratos eficientes que permitan bajar los costos de las transacciones.
Tengamos presente que todos los estudios de los organismos multilaterales sobre la economía del Perú coinciden en que el futuro de ésta depende, entre otros factores, de que la sociedad peruana mejore la calidad de su educación. La reforma, en consecuencia, es imprescindible.
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