Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
La Superintendencia Nacional de Educación Superior (SUNEDU) ha convocado un concurso para elegir al sétimo miembro de su Consejo Directivo, organismo que se encarga de licenciar a las universidades. El comité de selección acaba de publicar los nombres de los cuatro postulantes: Luis Huicho Oriundo, Alonso Soto Tarazona, Gonzalo García Núñez y Gisella María Orjeda Fernández. Sin embargo, los últimos dos mencionados son cuestionados por enfrentar denuncias judiciales y por desarrollar posiciones excluyentes e ideologizadas con respecto al sistema universitario. Algo muy grave: la presencia de Gonzalo Núñez y Orjeda en la selección se produce no obstante que las bases del boncurso establecen taxativamente la necesidad de tener conducta intachable.
García Núñez, por ejemplo, fue ex presidente del Consejo Nacional de la Magistratura y ex director del BCR durante la administración de Alejandro Toledo. Es un conocido político, altamente ideologizado, que participó como segundo vicepresidente de la plancha de Ollanta Humala en el 2006. Además, fue uno de los principales animadores del programa La Gran Transformación del nacionalismo, de corte estatista y chavista. García Núñez ha sido denunciado por sus familiares en el Poder Judicial por una disputa de bienes prediales y en el BCR fue cuestionado por 30 viajes al exterior.
La señora Orjeda Fernández —cuando ejercía la presidencia del Concytec— fue denunciada por haber otorgado a su ex socio Carlos Merino Méndez cerca de S/ 500,000 en concursos organizados por la señalada entidad. Asimismo, la Comisión de Fiscalización del Congreso detectó 22 irregularidades en la gestión de Orjeda, y la Contraloría también emitió informes estableciendo problemas administrativos en el otorgamiento de subvenciones.
En este portal no estamos acostumbrados a demoler la trayectoria de nuestros rivales ideológicos, como suele hacer la izquierda contra sus adversarios, sin importar determinados prinicipios. Es evidente que en el caso de los dos personajes cuestionados no hay sentencias y la presunción de inocencia debe ser respetada. Sin embargo, no solo se trata de los cuestionamientos e investigaciones en contra, sino que ambos son profesionales muy ideologizados que priorizan sus intereses políticos y no la realidad universitaria. Los vínculos con la izquierda estatista están más que comprobados.
¿Por qué son importantes estas consideraciones? Al inicio de la reforma universitaria y durante las primeras gestiones de la Sunedu el objetivo fue más que evidente: priorizar el modelo de universidad asociativa (Católica y Garcilaso, por ejemplo) y excluir a la universidad societaria (privada). El cuento de esta estrategia fue que había universidades de lucro, no obstante que los claustros asociativos cobraban pensiones inalcanzables para el alumnado. El objetivo era simple: eliminar la competencia de un grupo de universidades privadas (de alta calidad) que amenazaba el predominio de las asociativas en el sector privado.
El gran problema de esta estrategia era que obviaba la necesidad de establecer una convergencia procalidad de universidades estatales, asociativas y privadas para enfrentar la mediocridad que se había extendido en el sistema universitario. El Estado y la política universitaria se mostraban incapaces de gestar un gran bloque de calidad para resolver el problema de la oferta universitaria. Bueno, la señora Orjeda fue una de las principales animadoras de esta estrategia de exclusiones. ¿Qué podría significar el regreso de estos criterios en la gestión de la Sunedu?
Vale destacar que, no obstante la persistencia de diversos problemas en el licenciamiento de las universidades —tal como lo acaba de señalar Luis Lescano, presidente del Instituto Peruano de Derecho Educativo, con respecto al principio de legalidad en el señalado proceso— es incuestionable que las cosas han mejorado considerablemente y se ha logrado licenciar a 76 universidades de un total de 145 en el país.
En todo caso las autoridades del Ministerio de Educación, de la comisión de selección de los miembros de la Sunedu, deberían ser en extremo cuidadosos para evitar nombramientos que nos recuerden los recientes yerros de la Junta Nacional de Justicia.
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