El Perú avanza hacia un tercer año consecutivo d...
Las urgencias fiscales del Ejecutivo han llevado al gobierno de José Jerí a cometer un grave error con respecto a la educación. Se ha desfinanciado miles de becas en educación superior que eran destinadas para los sectores populares y en pobreza. Más de 20,000 Becas 18; 10,000 Becas TEC (educación técnica superior) y alrededor de 8,000 Becas Permanencia se han quedado sin financiamiento en el proyecto de presupuesto enviado por el Ejecutivo al Congreso.
Este desfinanciamiento es un terrible error para el mediano y largo plazo. Todos entendemos las urgencias fiscales del Estado, por los estropicios fiscales desatados luego de la llegada de Pedro Castillo al poder y las irresponsabilidades del Legislativo; pero ninguna emergencia debe llevar a liquidar las políticas para el mediano y largo plazo.
No se puede desfinanciar a un programa que ha beneficiado a más de 100,000 estudiantes de alto rendimiento en situación de pobreza. Alrededor de 8 de cada 10 becados son los primeros en sus familias en acceder a la educación superior. Y de esta manera logran saltar varias generaciones de pobreza.
Los ganadores de las becas reciben un voucher que les permite financiar sus estudios superiores y, al lado de sus familias, escogen el centro educativo que consideren más conveniente a sus proyectos. Un acontecimiento histórico para las familias excluidas del sistema educativo. Estos programas ya tienen más de 14 años y los resultados del proceso de selección del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) para el próximo año se conocerán el próximo 22 de diciembre. ¿Qué se les va a decir a los ganadores? Resulta devastador desde cualquier punto de vista. ¿Por qué no se cierra el caño a Petroperú en vez de desfinanciar el sistema de becas?
Desfinanciar un programa que se basaba en el sistema de vouchers también es liquidar una política que puede convertirse en la base de una real reforma educativa. ¿A qué nos referimos? Los ganadores de las becas recibían un voucher (el financiamiento) y podían escoger el claustro que mejor se acomodaba a su proyecto. Es decir, se financiaba la demanda de educación y se promovía la competencia entre los claustros para captar los vouchers.
A nuestro entender este es el único modelo que, en el corto plazo, posibilitará enfrentar las limitaciones presupuestales en la educación que suele tener cualquier economía de ingreso medio como la peruana. ¿Por qué? Es evidente que el tamaño de nuestra economía no permite dedicar mayores recursos para la educación. En este contexto, los escasos presupuestos deberían focalizarse en los sectores en pobreza y excluidos de las posibilidades del sistema educativo, en tanto que los sectores que han superado la pobreza, las clases medias que emergen y otros sectores en ascenso deberían pagar la educación de acuerdo a sus posibilidades.
Una tendencia de este tipo ha venido sucediendo en la sociedad en las últimas décadas con la explosión de la oferta privada en educación, pero sin ningún criterio de focalización del Estado en los sectores de mayor pobreza. Por ejemplo, hoy dos tercios de la matrícula en la educación superior es atendida por el sector privado; y también un tercio en la educación básica.
Un sistema de focalización de los sectores en pobreza podría combinar los criterios de pobreza propiamente dichos, pero también la meritocracia en estos sectores. Es decir, con un sistema de calificación y promociones especiales a los estudiantes de alto rendimiento.
Por todas estas consideraciones la falta de presupuesto para Beca 18, Beca TEC y Beca Permanencia es una terrible noticia para la reforma de la educación.
















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