Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
La gran propuesta del sector educativo del 2018 ha sido el nombramiento, al 2022, del 75% del total de los docentes de los colegios públicos. El Proyecto de Ley Nº 2319/2017-PE, aprobado en febrero pasado por unanimidad en la Comisión de Educación, Juventud y Deporte del Congreso de la República, modifica la Ley de Reforma Magisterial y establece que los concursos de nombramiento para ingresar a la Carrera Pública Magisterial serán anuales, desde el 2018 al 2022. Es decir, que se continuará con el nombramiento progresivo de profesores en la escuela pública.
Asimismo, la política de diálogo emprendida con todos los actores del magisterio, y en todas las regiones del país desde la época del ex ministro de Educación Idel Vexler, ha dado grandes resultados este año. Durante el 2018 han sido bloqueados todos los intentos de los sectores extremistas del magisterio para paralizar las clases de los escolares pobres del país. Ninguna de sus convocatorias fue acogida por los profesores, ni en las regiones consideradas bastiones del extremismo radical vinculados a los pukallactas y al senderismo. Estos dos importantes avances —nombramiento de profesores y fracaso de los paros y huelgas— han permitido la consolidación de la carrera pública magisterial.
Sin embargo, nuevos retos todavía están pendientes. Queda claro que Perú no puede seguir siendo la cenicienta de la educación en el orden internacional. Para un mundo cada día más globalizado y competitivo se requiere incorporar una nueva visión educativa que ofrezca a los escolares una enseñanza acorde con los nuevos tiempos. Por ejemplo, en la III Cumbre Empresarial de las Américas —realizada horas antes de la Cumbre de las Américas del pasado abril— se discutió la relación existente entre la educación y la IV Revolución Industrial, como una de las claves de la sociedad del futuro. Para nadie vinculado al sector educativo es un secreto que la denominada revolución digital pondrá fin a las aulas de enseñanza.
La educación tradicional del siglo pasado y las carreras profesionales desactualizadas y apartadas del conocimiento, tienen las horas contadas. Quienes saben ya lo dicen: la tendencia siguiente será el profesional autodidacta, formado desde la escuela para el estudio constante. En ese contexto, con la consolidación de la reforma magisterial, ¿cuál es el siguiente paso? ¿Qué se les ofrece a los escolares del nuevo milenio?
El currículo educativo es la clave para enfrentar el reto valorando los conocimientos relacionados con las matemáticas, física, humanidades y letras. Se debe inducir a los estudiantes a la innovación, planteando nuevas y audaces soluciones que puedan servir para fomentar el progreso económico y el bienestar social. Los conceptos educativos deben valorar esta realidad para no apartar al Perú de la dinámica mundial. Es necesario involucrar en la tarea a las empresas, porque serán ellas las que acogerán a los estudiantes convertidos en trabajadores. La sociedad no puede seguir siendo simple espectadora.
No obstante el intento de boicotear la carrera pública magisterial, con propuestas como la reposición en sus anteriores puestos de trabajo de directores y profesores que se rehusaron someterse a las evaluaciones de mérito profesional (a las que se someten todos los profesores de la escuela pública del país) no debe haber marcha atrás en la meritocracia educativa. Tampoco se puede regresar a la llamada “reforma educativa” del humalismo, que centralizaba todo el proceso educativo alrededor del ministro y sus consejeros. Con Jaime Saavedra al frente del sector Educación, se pretendió homogeneizar la educación con una sola lectura de la realidad social, política y económica del país. Significó ir contra la corriente innovadora de la educación del futuro. Tal reforma resultó un fiasco alimentado con publicidad estatal. Por ejemplo, durante esa gestión solo se logró el nombramiento de 8,000 docentes mientras 160,000 eran contratados.
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