Editorial Educación

¡De la confrontación a un pacto nacional por la educación!

¡De la confrontación a un pacto nacional por la educación!
  • 08 de diciembre del 2016

Fujimorismo presenta moción de censura contra Saavedra

Ayer se desarrolló la interpelación al ministro de Educación, Jaime Saavedra, por las irregularidades detectadas por la Unidad de Inteligencia Financiera y el Ministerio Público en compras de computadoras por alrededor de S/. 150 millones y el caso de los Juegos Panamericanos. El ministro interpelado y el oficialismo desarrollaron los argumentos de defensa, pero la oposición no se consideró satisfecha y anunció que presentará la correspondiente moción de censura.

El fujimorismo planteará la iniciativa que definirá el futuro de Saavedra entre el cuarto y décimo día luego de la interpelación; sin embargo, por la firmeza naranja, todo indica que la suerte del titular de Educación estaría echada. De esta manera estaríamos contemplando el primer choque de poderes entre la administración pepekausista y la mayoría legislativa fujimorista.

Desde el punto de vista político, el manejo del oficialismo fue terrible. Ante la posibilidad de interpelación, la maquinaria de prensa y propaganda del Ministerio de Educación (Minedu) arrastró a todo el Ejecutivo, y cualquier crítico de la gestión de Saavedra se convirtió en un defensor de “universidades basura”, en “gente pagada por claustros deficientes” y “enemigo de la educación de los niños”.

En vez de propiciar el diálogo y extender los puentes, el pepekausismo consideró que su alianza con una mayoría mediática uniformizada iba a resolver las cosas. Se llegó hasta a plantear la hipótesis de presentar una cuestión de confianza y forzar la caída del primer Gabinete de PPK, y el movimiento naranja comenzó a responder golpe por golpe. Finalmente, el fujimorismo enfrentó un dilema: o aceptaba esta especie de veto contra la mayoría legislativa y se difuminaba como mayoría y oposición, o se cerraba en una defensa de sus fueros. Ya conocemos la decisión final.

Pero más allá del pésimo manejo político, innecesario para la administración PPK y para el propio Saavedra, detrás de la interpelación —y al margen de los argumentos a favor o en contra de la “reforma de la educación básica y superior”— está el nivel de confrontación y polarización que desató la gestión Saavedra. No creemos que los opositores a la gestión de Saavedra representen “intereses oscuros” del sector privado “que solo pretende el lucro”, ni “las intenciones de perpetuar universidades basura”, como señalaba la estrategia de propaganda y antipropaganda a favor de la actual gestión del Minedu.

Por ejemplo, si consideramos que la reforma meritocrática de la carrera pública magisterial —que derrotó a la frontal oposición del sindicato magisterial— empezó durante el segundo gobierno aprista y que la administración nacionalista retomó este impulso reformista, ¿por qué no se logró un pacto alrededor del tema educativo? ¿A alguien se le ocurrió que se puede reformar la educación peruana al margen de un gran acuerdo nacional? Casi estamos seguros de que todas las reformas educativas en democracia del planeta se han realizado con una gran convergencia social y política (a diferencia de lo que sucede en los regímenes autoritarios).

En los próximos días las discusiones políticas y los debates en los medios se polarizarán alrededor de la eventual censura a Saavedra. Sin embargo también es hora de extraer lecciones claves para la política y la gobernabilidad. Queda claro que ya no se puede jugar al veto de una mayoría legislativa, que impulsan los sectores de izquierda y el antifujimorismo radical en general. El Ejecutivo y el Legislativo, entonces, tienen la responsabilidad de armar el rompecabezas de la gobernabilidad.

Y también queda absolutamente claro que todos los impulsos reformistas a favor de la educación solo alcanzarán el éxito si se logra un gran consenso nacional que incluya a los principales actores políticos de la democracia. Un gran acuerdo social y político por la calidad y la acreditación en la educación básica y superior es el mejor camino para superar la mala educación; un acuerdo en que el Estado y el sector privado procalidad se conviertan en aliados confiables.

  • 08 de diciembre del 2016

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