Aumento a maestros para detener radicalismo

El presidente Martín Vizcarra acaba de anunciar un incremento de S/ 200 en las remuneraciones de los docentes el próximo año. Al respecto, el ministro de Educación, Daniel Alfaro, ha precisado que el aumento será de S/ 100 en los primeros meses y los otros S/ 100 en diciembre del 2019. Con el aumento, el piso salarial actual de S/ 2,000 soles se elevará a S/2,200 a fines del próximo año. La pregunta que surge es, ¿cómo se condice el mencionado aumento con la política meritocrática de la escuela pública? ¿O acaso solo se trata de una medida que busca desarmar la estrategia del radicalismo magisterial que impulsa una nueva huelga nacional? En cualquier caso, el Ejecutivo debería abundar en detalles.

Algo más. ¿Se ha medido el impacto que el incremento de la remuneración de los maestros tendrá en el déficit fiscal? Recordemos que para el 2018 el Gobierno se ha planteado un déficit de 3% del PBI. Pero eso no será posible si los sueldos de los maestros representan una tercera parte de la planilla del Estado, además que el frenazo económico de junio nos revela que el aumento de la recaudación sigue siendo una interrogante para este año.

No se puede negar que el incremento deja sin piso a las facciones del magisterio que anunciaban el reinicio de la huelga indefinida del año pasado, que casi significó la pérdida del año escolar de las escuelas más pobres. No se sabe si el incremento de remuneraciones forma parte del estudio técnico realizado por una comisión conformada durante la gestión del ex ministro de Educación Idel Vexler.

Nadie puede desconocer que el incremento salarial mejora la situación de los docentes de la escuela pública, pero los mencionados aumentos deben formar parte de las estrategias de capacitación de docentes y autoridades para profundizar la carrera pública magisterial. Por ejemplo, para este año la gestión del ex ministro Idel Vexler había programado la capacitación de más de 40,000 profesores de secundaria de todo el país, respondiendo a la demanda de los maestros que reclaman más programas de capacitación y entrenamiento antes de las evaluaciones organizadas por el Ministerio de Educación (Minedu). Asimismo vale anotar que el 15 de julio pasado 140,000 docentes acudieron a rendir la Prueba Única Nacional para el Concurso de Ascenso de Escala Magisterial y Especialistas en Educación, organizada a nivel nacional por el Minedu siguiendo los lineamientos de la política meritocrática estatal.

Es innegable que la situación del magisterio es un polvorín y el aumento de remuneraciones tiene que ver con esta situación. Una de esas facciones del radicalismo, el Comité Nacional de Lucha de las Bases Regionales del Sutep —presidido por el profesor Pedro Castillo, vinculado al senderista Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef)— se opone abiertamente a la política meritocrática desarrollada por el Estado peruano desde la gestión de José Chang como ministro de Educación.

Castillo pide la derogación de la Ley General de Educación (Ley N° 28044) y la Ley de Reforma Magisterial (Ley N° 29944). Además se opone a todas evaluaciones de docentes organizadas por el Minedu, que tienen como finalidad ascender a una de las escalas magisteriales. Argumenta, falsamente, que las evaluaciones son punitivas y buscan el despido masivo de los maestros, cuando es todo lo contrario. Los profesores evaluados tienen otras oportunidades para aprobar las pruebas —que además son voluntarias—y ser parte del sistema meritocrático educativo.

Castillo es también de los que se oponen a la participación de la inversión privada en la ejecución de infraestructura educativa por intermedio de los instrumentos Obras por Impuestos (OxI) y Asociaciones Público Privadas (APP). Es decir, es contrario a mejores aulas, patios, canchas de fulbito y baños para los escolares. Y contra el deseo de la mayoría de padres de familia, también se opone a Jornada Escolar Completa (JEC). Los padres de familia más pobres aplauden la JEC porque así sus hijos siguen estudiando y realizando actividades complementarias, en lugar de estar en las calles y sin control alguno. Castillo insiste en reiniciar la huelga aun cuando su última convocatoria, del pasado 18 de junio fue un total fracaso. Solo el 3% de los docentes abandonó las aulas escolares.

El Gobierno debe entender que antes del incremento de las remuneraciones los profesores ya estaban entusiasmados con las evaluaciones y comprometidos con sus estudiantes. Una razón para hacer de la carrera pública magisterial una herramienta fundamental de cualquier estrategia para aumentar remuneraciones y enfrentar al radicalismo.