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Debido a las recientes precipitaciones pluviales en el sur —que han ocasionado deslizamientos, inundaciones y destrozos a su paso por varios poblados de la sierra— las quebradas se han activando después de muchos años, por el agua de lluvia acumulada en las partes altas de las montañas. La particularidad de las precipitaciones en el sur, por tratarse de una zona volcánica, es que son altamente peligrosas. Cuando las aguas de las partes altas de los volcanes se precipitan, hasta a una velocidad de 80 kilómetros por hora, originan el fenómeno denominado “lahar”, agua que arrastra gran cantidad de materiales sólidos, que contienen distintas granulometrías volcánicas y tipos de rocas.
La comunidad científica mundial considera a los lahares eventos destructivos, por el alto contenido de minerales como el boro y el arsénico. La peligrosidad de los lahares consiste en que esas avalanchas volcánicas pueden alcanzar a los ríos, riachuelos, lagos, lagunas y puquiales cercanos, contaminando las aguas de manera natural, por efecto de un fenómeno pluvial de alta magnitud. Como se sabe, en la sierra sur peruana son numerosos los ríos y riachuelos que discurren por distintas quebradas y centros poblados. Esas aguas son empleadas por los comuneros para sus actividades ganaderas y agrícolas, y también para uso doméstico.
Según el Instituto Geofísico del Perú (IGP), desde el pasado martes 5 de febrero la estación de vigilancia UBI5 ha detectado lahares por el lado sur y sureste del volcán Ubinas, debido a las fuertes lluvias de estos días en el sur volcánico. Y no es la primera vez que sucede este fenómeno. Según el Observatorio Vulcanológico del Sur (OVS), en abril de 2015 fuertes precipitaciones de lluvia ocasionaron lahares que descendieron del volcán Ubinas (Moquegua), arrastrando cenizas y piedras cargadas de sustancias mineralizadas. Del mismo modo, en enero 2018, un comunicado del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) señalaba la ocurrencia del mismo fenómeno.
Investigadores del IGP han determinado que en Perú existe una cadena de más de 400 volcanes, denominada Zona Volcánica de los Andes, que abarca hasta el norte de Chile. La mayoría de estos volcanes se ubican en el sur, en los departamentos de Ayacucho, Apurímac, Arequipa, Cusco, Moquegua, Puno y Tacna. Los más conocidos son los volcanes Chachani, Misti y Ampato, en Arequipa; Huaynaputina, Ticsani y Ubinas en Moquegua; Kapia en Puno; y Tutupaca y Yucamani en Tacna. Según el Observatorio Vulcanológico del Perú del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), 12 de los 400 volcanes están activos o potencialmente activos.
Algunos reportes relacionados con los lahares iniciados en el volcán Ubinas señalan que las avalanchas desembocan en los ríos Volcanmayo y Escacha. Y según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), los ríos Volcanmayo y Sacohaya confluyen antes de formar el río Ubinas, aguas que finalmente terminan en el río Tambo (Arequipa) y en la cuenca de Moquegua.
El informe técnico A6781 (2017), elaborado por los especialistas del Ingemmet, señala que a lo largo del río Tambo se distinguen terrazas aluviales conformadas por gravas de naturaleza intrusiva, sedimentaria y volcánica. Los lahares de Ubinas —que, en general, en diciembre y marzo acumula nieve y hielo en la cumbre— afectan los canales de agua y terrenos de cultivo.
No hay, entonces, otra explicación científicamente demostrada, relacionada con la contaminación natural de las vertientes acuíferas del sur. El Perú es un país con alto contenido mineralizado en sus montañas andinas, como la montaña Vinicunca (o Cerro Siete Colores), cuya coloración se explica por la oxidación de los minerales de los suelos y subsuelos. La cadena de volcanes, activos y no inactivos es también fuente de materiales contaminantes, como los lahares del volcán Ubinas, que alcanzan incluso a las aguas del río Tambo. Las ONG del ambientalismo ideológico y la izquierda antiminera ocultan el proceso natural entre los lahares y los ríos que avanzan por la sierra y la costa del país. El objetivo es, como sabemos, detener las inversiones mineras.
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