El relevo de José Salardi del Ministerio de Econom&iacu...
El proyecto de cobre Tía María (en Arequipa) continúa estancado. Las autoridades del Ejecutivo retroceden frente al relato antiminero y señalan que el proyecto solo irá si se consigue la denominada “licencia social”. No obstante que una encuesta de Ipsos registra 59% de aprobación de los arequipeños a la mencionada inversión minera, el presidente Martín Vizcarra relativiza el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) aprobado el 2014 por el Estado y la población en una audiencia pública. ¿Por qué? Vizcarra señala que el proyecto requiere “licencia social” y debe ser visto por las nuevas autoridades regionales.
Las declaraciones de Vizcarra, en la práctica, no consideran todo lo trabajado durante tantos años para exponer públicamente las conveniencias de un proyecto que hace rato debió haber aportado divisas, renta, regalías, canon y acuerdos de cooperación con las comunidades. Convenios que sirven para mejorar la educación, la salud y las actividades tradicionales de los pobladores de la zona de influencia.
Tía María es un proyecto de clase mundial y amigable con el medio ambiente. La producción de cobre se realizará mediante el proceso de lixiviación, que consiste en depositar el mineral de cobre sobre canchas cubiertas con geomembranas de alta impermeabilidad. Como si fuera un terreno cultivable, las canchas se riegan por goteo con una sustancia compuesta de agua y ácido sulfúrico suficiente para oxidar el mineral de cobre. La alta impermeabilidad de las membranas impide que la sustancia dosificada alcance la superficie de la tierra.
El falso relato antiminero señala que las sustancias contaminantes podrían llegar a las aguas del río Tambo y los sembríos de los agricultores. Una mentira que se cae por sí sola. Las canchas de lixiviación del proyecto Tía María y La Tapada estarán ubicadas a 11 kilómetros del valle y a 1,050 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.), a gran distancia y muy por encima del valle Tambo, ubicado a 100 m.s.n.m.
La izquierda antiminera, en su afán de confundir a la población, afirma también que el valle de Tambo será contaminado con el polvo proveniente de las operaciones mineras. Otra mentira, porque el polvo de Tía María no llegará al valle de Tambo: la mina comenzará a producir cuando el tajo alcance una profundidad de 150 metros. Además, las explosiones para fragmentar el mineral se realizarán a mediodía, cuando los vientos soplan de sur a norte; es decir, en dirección contraria al valle de Tambo, ubicado al sur de la operaciones mineras. Por estudios realizados, se ha constatado que los vientos soplan en esa dirección a esas horas.
No es cierto, entonces, que el proyecto Tía María sea un peligro para la agricultura del valle de Tambo, como se pretende hacer creer a la población. Todas las dudas sobre eventuales perjuicios ambientales han sido absueltas por la minera Southern, concesionaria del proyecto, en numerosos debates y presentaciones públicas. Sin embargo, desde Lima, las ONG del ambientalismo ideológico desinforman a través de sus enlaces en el sur peruano.
Las señaladas ONG organizan constantemente toda clase de actividades destinadas a desacreditar a la minería. Sobre Tía María dicen, además, que consumirá el agua destinada a los agricultores. Totalmente falso. Southern construirá una planta desalinizadora para tratar agua de mar, la que utillizará en sus operaciones.
Sectores importantes en Arequipa han comenzado a reclamar la conformación de un Comité de Gestión e Información Minero Energético. El comité tendría la función de informar convenientemente a todas las comunidades sobre las ventajas sociales y económicas de la inversión. Los agricultores que respaldan el proyecto Tía María cuestionan que en Moquegua ya se haya instalado un comité y en Arequipa no.
Tía María es un proyecto de US$1,400 millones para producir anualmente 120,000 toneladas métricas de cátodos de cobre. Según el secretario general de construcción civil de Islay, Juan Valencia, en la etapa de construcción Tía María generará 3,600 puestos directos y 32,000 puestos de trabajo indirectos, número que representa el triple de la población del distrito de Cocachacra y más de la mitad de la población de la provincia de Islay. Por estas declaraciones, la federación de trabajadores de Arequipa pretende destituir ilegalmente de su cargo al dirigente Valencia. ¡Increíble!
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