Editorial Economía

Sistema Privado de Pensiones bajo ataque

Políticos, burócratas e izquierdas buscan destruir modelo

Sistema Privado de Pensiones bajo ataque
  • 10 de marzo del 2019

 

Desde que se creó el Sistema Privado de Pensiones (SPP), los gobiernos, los políticos y los burócratas han intentado liquidar, retacear o desnaturalizar el nuevo sistema pensionario. Como todos sabemos el SPP se basa en los aportes de los trabajadores a cuentas individuales que administran las AFP. Es una alternativa al sistema de reparto, que consiste en aportes a un fondo común administrado por el Estado.

Considerando que, a lo largo del siglo XX, los fondos de los sistemas estatales de pensiones —en el Perú y América Latina— fueron expropiados por el Estado y los políticos para construir obras elefantiásicas que favorecían popularidades circunstanciales, ¿cómo se explica las campañas de desinformación en contra del SPP? Es evidente que el Estado —en manos de populistas— siempre será una máquina de devorar recursos, y es incuestionable también que los sectores anticapitalistas simplemente buscarán eliminar aquellos sistemas pensionarios viables en base a criterios de mercado.

Las campañas en contra del SPP quieren desconocer su naturaleza de sistema previsional y convertirlo en simple sistema de ahorro: desde la ley que posibilita retirar hasta el 95.5% de la cuenta individual a la edad de jubilación, pasando por iniciativas que permiten retiros parciales de las cuentas personales, hasta la discusión en el Congreso para transformar en permanente el Régimen Especial de Jubilación Anticipada (REJA).

Régimen Especial de Jubilación Anticipada

Estas normas e iniciativas ignoran que una sociedad sin un sistema previsional eficiente simplemente condena a los futuros ancianos al desamparo. ¿Por qué? En cualquier sociedad de ingreso medio —como la peruana— el descenso de la mortalidad infantil y las mejoras de los sistemas sanitarios, en el acto, reducen la tasa de natalidad y aumentan la longevidad. ¿Cómo, entonces, se puede organizar un sistema previsional estatal, en el que los jubilados aumentan exponencialmente y los trabajadores activos —que aportan al fondo común— disminuyen dramáticamente? Imposible. No hay salida. La única alternativa es el aporte a las cuentas individuales.

Las campañas contra el SPP, de otro lado, ignoran una realidad abrumadora: de un total de más de 20 millones de trabajadores en el Perú, solo cinco millones está en planilla permanente y ocho millones de manera intermitente. Sin embargo, solo 0.5 millones está afiliado a la ONP, al sistema estatal. Queda claro entonces que cerca de 7.5 millones de trabajadores aportan a las AFP. Destruir el SPP o estatizarlo, entonces, sería el acto de expropiación o “nacionalización” más devastador de nuestra historia. A los políticos y a los movimientos colectivistas anticapitalistas les chorrea la irresponsabilidad.

Las campañas en contra del SPP se basan en el tipo de leyendas y mentiras que suelen organizar las izquierdas. Por ejemplo, la última narrativa fue la siguiente: los fondos de los aportantes caen, pero las utilidades de las AFP suben. ¿Cuál es la verdad? Los fondos de los aportantes de las cuentas individuales caen porque la capitalización bursátil —el dinero que se invierte en la bolsa— en el Perú ha caído de US$ 170,000 millones a US$ 140,000 millones. ¿Cuál es la relación? El Ministerio de Economía (MEF), el Banco Central de Reserva (BCR) y la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) solo permiten que las AFP inviertan un poco más del 30% de los fondos en el exterior. Si la bolsa peruana cae, entonces los fondos caen. Algo más: hay propuestas que buscan que las AFP inviertan en infraestructuras. ¿El Estado peruano pagará? ¿Acaso estamos ante un intento de estatización encubierto?

De otro lado, las AFP aumentan su rentabilidad porque las regulaciones del MEF, del BCR y de la SBS, de una u otra manera, establecen los criterios para el incremento. Así estamos. El Estado y los burócratas son los responsables, pero los políticos y los anticapitalistas quieren cargarse el sistema. El problema es enorme: el economista Carlos Adrianzén ha señalado en este portal que los fondos de las AFP suman el 21% del PBI y representan tres veces el patrimonio de los bancos. ¿Cómo así, entonces, se pretende desmontar el sistema de fondos privados más grande de nuestra historia? Pura locura.

 

  • 10 de marzo del 2019

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