El Ejecutivo acaba de anunciar que el Registro Integral de For...
Días atrás, representantes del Frente Único de Defensa de los Intereses de Espinar (FUDIE), a través de un comunicado, rechazaron la postergación de la reunión de la llamada “Mesa de diálogo para el desarrollo sostenible” y anunciaron un “paro pacífico” en los próximos días. La actitud intransigente de los líderes sociales no hace sino continuar con el conflicto social alrededor de la operación minera Tintaya, concesionaria de Antapaccay.
Primero debemos explicar muy bien lo siguiente. El Ministerio de Energía y Minas (Minem) ha formado una Mesa de diálogo (¡otra mesa más!) para “solucionar” el conflicto en dicha provincia alta de Cusco. Los integrantes de dicha mesa, funcionarios estatales y líderes sociales, se iban a reunir el pasado 22 de marzo; pero por las medidas de prevención contra la pandemia dicha reunión ha sido postergada. La medida provisoria ha sido tomada como una afrenta por los líderes comunales.
¿Sobre qué temas se iba a discutir en esa mesa? Es decir, cuál es la agenda social entre los representantes del Estado y los líderes de Espinar. El principal tema ahora es la exigencia de la ejecución de un llamado “plan de reparaciones” sobre una supuesta contaminación y afectaciones mineras, que, honestamente, ¡no existen!
Un total de 13 comunidades han acusado a las operaciones mineras ubicadas en la provincia de Espinar de supuestas afectaciones que ninguna institución del Estado ha podido corroborar técnica ni científicamente. Como lo hemos informado, el viernes 5 de marzo se presentó el informe final de la “Comisión multisectorial encargada de evaluar los posibles daños en las comunidades originarias de Espinar en el Cusco”. Las conclusiones de este informe científico desnudan los verdaderos propósitos de la izquierda y de los antimineros: liquidar las inversiones privadas en minería. Ninguna de las instituciones convocadas –ANA, OEFA, Digesa, entre otras– corrobora la existencia de contaminación o afectación ambiental negativa.
Pues bien, el FUDIE ha recogido estas acusaciones de las comunidades y las ha hecho suyas. El resultado es que hoy el FUDIE exige que el Estado ejecute un plan de reparaciones de contaminaciones que no existen. Recordemos que el FUDIE fue la organización que además organizó un paro en los meses de agosto y setiembre pasado, exigiendo que se otorgue un “bono solidario” de S/ 1000 a cada ciudadano. Finalmente así se hizo, y esos bonos terminaron en el mercado negro revendidos a S/500 o S/600. ¿Se puede ser más obtuso?
Si el Estado no pone orden o autoridad en la zona, las protestas serán constantes y los paros serán cada vez más radicales. Desde aquí decimos: Espinar es el laboratorio de la izquierda en sus pretensiones de liquidar las inversiones privadas en minería y hacerse del control político. A semejanza del chavismo en Venezuela (con PDVSA) o del evismo en Bolivia (con el YPB), que llevaron a graves crisis de capitales e innovación.
Hoy, cuando se proyecta que el cobre pasará a los US$10 000 por tonelada, el Perú debe aprovechar este nuevo superciclo, a pesar incluso de la izquierda.
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