Editorial Economía

La cuestión de la minería informal

Un acuciante tema para la gobernabilidad del Perú

La cuestión de la minería informal
  • 19 de febrero del 2018

 

En este portal ya hemos informado repetidamente cómo la legislación para formalizar la minería artesanal —promulgada por el nacionalismo y Manuel Pulgar Vidal, y continuada por la administración PPK—, en realidad, ha buscado excluir a los más de 400,000 pequeños mineros que existen en el país. Una inclemente campaña de la izquierda caviar pretende asociar a estos miles de emprendedores con las economías ilegales, la trata de blancas y la destrucción ambiental. A entender de este portal, el objetivo de esta campaña es claro: imponer la idea de que el desarrollo minero del Perú no tiene nada que ver con la minería artesanal. Gravísimo error.

No se puede negar que existe una minería ilegal que se desarrolla en parques nacionales y reservas ecológicas, que contamina ríos y destruye bosques. Sin embargo, esa minería ilegal no representa ni el 10% del total de minería informal que se desarrolla en el país. La mayoría de mineros artesanales son los campesinos dueños de las superficies de los grandes proyectos mineros, que deciden hacer minería de socavón ante la incapacidad del Estado de redistribuir la renta minera. ¿Se puede detener la minería artesanal? ¿En algún lugar del planeta se pudo detener un gold rush? Ni en Estados Unidos ni en ningún otro lugar del mundo se ha logrado detener un fenómeno económico y social de esa magnitud, a menos que se aplastara todo a sangre y fuego. En las sociedades desarrolladas la informalidad se resolvió con derechos de propiedad.

En el Perú se ha impuesto la lógica de la exclusión de la minería artesanal. Una gran investigación económica y periodística deberá desvelar qué oscuros intereses han desarrollado la idea de que la minería, el mercado, y el capitalismo solo le pertenecen a “los amigos del poder”. En todo caso, el grave problema de estos criterios es que no perciben que están empujando a los más de 400,000 mineros informales bajo la influencia de las propuestas antisistema.

La legislación que excluía a los mineros artesanales se implementó durante el nacionalismo, en la gestión del Ministerio del Medio Ambiente de Manuel Pulgar Vidal. Por ejemplo, los decretos legislativos N° 1100 y N° 1105 establecen los procedimientos para la formalización y la definición de minería ilegal respectivamente. En el Perú a un pequeño minero se le exige para formalizarse el respectivo RUC, las declaraciones juradas anuales de los últimos cinco años, los contratos de explotación del mineral y la proyección de reservas probadas del mineral, entre otros requisitos que se demanda a la gran minería. Si un minero informal pudiese atender esos requisitos es obvio que ya sería formal. ¿O no?

Lo más grave de todo es la definición de minería ilegal: quien incumple normas de carácter administrativo, técnico, social o ambiental, inevitablemente cae bajo la figura de minería ilegal. Si a esto le agregamos que durante la administración PPK se promulgó el Decreto Legislativo N° 1244 que establece que los delitos de minería ilegal caen bajo la figura de crimen organizado, el círculo de la exclusión se ha cerrado.

Lo más extraño de todo es que la legislación de Pulgar Vidal se ensañó con las más de cien plantas de beneficio, formales e informales, que existen en el país y que compran la producción de los mineros artesanales, convirtiéndose en los puentes entre los mineros artesanales y la formalidad. Antes las mencionadas plantas descontaban el IGV y el impuesto a la renta de las ventas de los pequeños productores. Hoy se ha prohibido este proceso, y la informalidad sigue aumentando.

Las acciones del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el Ministerio del Ambiente, la Sunat y las interdicciones de la policía solo apuntan desarrollar sanciones, multas, embargos, procesos por pérdida de dominio y lavados de activos. Con ello solo aumentará la informalidad y se acumulará un problema social que pone en jaque a la democracia, la economía de mercado y el desarrollo del capitalismo.

Con la cercanía de las elecciones del 2021, Pulgar Vidal y el nacionalismo acaso han construido el escenario perfecto para que las fuerzas antisistema intenten influenciar al amplio y poderoso movimiento de mineros informales.

 

  • 19 de febrero del 2018

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