Editorial Economía

Deteniendo el capitalismo

La izquierda logra su objetivo sin ganar elecciones

Deteniendo el capitalismo
  • 26 de febrero del 2019

 

En medio de las pasadas guerras Ejecutivo-Legislativo, los resultados del referéndum, la judicialización y encarcelación de un sector de la oposición, poco a poco, los peruanos empezamos a acostumbrarnos a crecimientos económicos que apenas sirven para sobrevivir. No obstante, por ejemplo, que el Perú fue uno de los campeones en reducción de pobreza regional, el 2017 este flagelo social volvió a aumentar en 1%. El motivo: los crecimientos por debajo del 4% que apenas permiten incorporar a los 250,000 jóvenes que se agregan anualmente a la economía.

La complacencia con la ralentización del crecimiento se desarrolla sobre la base del siguiente relato: estamos mejor que los promedios de crecimiento mundial y regional. Sin embargo, las cosas dependen del ángulo con que se mire. Por ejemplo, los especialistas señalan que si el Perú logrará implementar la cartera de 49 proyectos mineros —que suman US$ 58,000 millones— la pobreza hacia el 2021 podría caer de 21% a 14% de la población. Cifras más, cifras menos, es evidente que si el Perú honrara su historia de país minero estaría creciendo sobre el 5% y reduciendo mucho más pobreza. Pero, por el contrario, el Gobierno nacionalista y la izquierda paralizaron la producción del cinturón del cobre del norte (Conga, La Granja, Galeno, Michiquillay, Shahuindo, entre otros) que podrían sumar un millón de toneladas más de cobre a nuestra producción (actualmente de 2.5 millones de toneladas anuales).

¿Por qué, entonces, el Perú parece ponerse de espaldas de los pobres? La izquierda marxista y las corrientes anticapitalistas, de una u otra manera, han ganado el debate ideológico en las últimas dos décadas. Por ejemplo, en el 2015 existían alrededor de 25 leyes para inversiones mineras; sin embargo, hoy sobrepasan 260. ¿Cómo es posible semejante barbarie institucional? El Ministerio del Medio Ambiente ha sido colonizado por el extremismo ambientalista anti inversión, y la ecología se ha convertido en más importante que la inversión.

Ministerio del Medio Ambiente

Si hay dudas en minería observemos lo que pasa en infraestructuras. En repetidas ocasiones se ha señalado que si el país invirtiera 6% de su PBI en infraestructuras podría expandir su economía sobre el 5% anual en promedio. Sin embargo, la corrupción brasileña y la campaña de la izquierda anticapitalista (en contra de las asociaciones público-privadas y la modalidad de obras por impuestos) han comenzado a frenar las inversiones en el sector. La agresiva campaña contra los peajes y la aparente inclinación del sector Transportes por la obra pública explican, de alguna manera, el frenazo. ¿Qué puede significar algo así? Que el Estado empresario, el estado propietario —es decir, el Estado de la obra pública del velascato— puede resucitar, más allá de la clara prohibición constitucional.

¿A qué vamos? Como es evidente, en el Perú las reformas urgentes que se necesitan para relanzar el capitalismo, el crecimiento y el proceso de reducción de pobreza, han sido paradas en seco por el avance ideológico de la izquierda. Basta observar cómo el Ejecutivo y el Legislativo dudan frente a la posibilidad de flexibilizar el régimen laboral y la necesidad de ampliar la vigencia de la ley de Promoción Agraria. Basta observar también cómo se ha bastardeado el sistema institucional con los resultados del último referéndum.

En el caso de la educación la forma cómo la izquierda ha impuesto la agenda de género sobre la urgencia de consolidar la meritocracia en la escuela pública evoca la manera en que el ambientalismo radical se impone sobre la promoción de inversiones. Igualmente, los retrasos en la reforma del sistema sanitario y la promoción de la innovación nos señalan que el Ejecutivo y el Legislativo están en cualquier parte, menos en las urgentes reformas procapitalistas.

La izquierda, pues, detiene el capitalismo en el Perú sin ganar elecciones, y no obstante que el anticapitalismo en Venezuela desata la peor crisis humanitaria de la región de los últimos tiempos. Una clara expresión de cómo los sectores democráticos y promercado han abandonado la lucha ideológica.

 

  • 26 de febrero del 2019

NOTICIAS RELACIONADAS >

¡Increíble! ¡Se fue Salardi, el mejor ministro de Boluarte!

Editorial Economía

¡Increíble! ¡Se fue Salardi, el mejor ministro de Boluarte!

  El relevo de José Salardi del Ministerio de Econom&iacu...

15 de mayo
Perú: un país bendecido sin Estado de derecho

Editorial Economía

Perú: un país bendecido sin Estado de derecho

A estas alturas del siglo XXI es incuestionable que los recursos natur...

14 de mayo
Cajamarca frente a su gran oportunidad: Michiquillay

Editorial Economía

Cajamarca frente a su gran oportunidad: Michiquillay

  Cajamarca vive una paradoja. A pesar de ser una de las regione...

13 de mayo

COMENTARIOS