Editorial Economía

Cochas: sembrar agua en las alturas

En lugar de que se desperdicie en el mar

Cochas: sembrar agua en las alturas
  • 05 de agosto del 2020

Durante su presentación ante el Congreso de la República para solicitar el voto de investidura, Pedro Cateriano, entonces presidente del Consejo de Ministros, señaló que durante su gestión se impulsará la construcción de cochas y siembra de agua de lluvia para favorecer a la agricultura. Según los expertos, las cochas en las zonas altas de la cordillera andina son la alternativa práctica frente a los grandes proyectos hídricos detenidos, como Chavimochic III, Alto Piura, Majes Siguas II y Paltiture entre otros. La competitividad agrícola peruana de las agroexportaciones y de la agricultura para consumo interno depende del afianzamiento hídrico, responsabilidad abandonada por el Ejecutivo.

De acuerdo a la exposición del entonces premier, en el segundo semestre del 2020 se iban a construir 267 nuevas cochas en 11 regiones del país para beneficiar a 7,000 familias dedicadas a la agricultura familiar y de subsistencia. De esta manera, en 2021 estarían habilitadas 1,250 cochas en 16 regiones del país. Asimismo, para disponer de la mayor cantidad de agua para la agricultura, se impulsarán las licencias de uso de agua superficiales y subterráneas.

Al respecto, en abril pasado, el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) anunció inversiones de S/ 36.11 millones destinadas a la acumulación de 7.7 millones de metros cúbicos de agua en cochas, reservorios construidos aprovechando la superficie de la geografía andina. Actualmente, por la ausencia de infraestructura hídrica (diques, reservorios, canales, cochas), las aguas de lluvia son desperdiciadas en el mar. Con las cochas se prevé regar 14,000 hectáreas de terrenos cultivables en las regiones de Arequipa, Áncash, Moquegua, Tacna, Cusco, Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Junín, Pasco y Lima. Los proyectos del Minagri consisten en cavar 82,000 metros de zanjas de derivación, con la participación de 92,000 comuneros. 

Las cochas surgen del conocimiento de la geografía peruana y de los andenes del incanato. Con tecnología apropiada es posible determinar el volumen de acumulación natural de agua en la cordillera andina y los cauces subterráneos de agua. Con las imágenes satelitales, en tiempo real, se puede identificar el comienzo y el final de las quebradas geográficas disponibles para ser utilizadas como canales de conducción de agua río abajo, desde las alturas hasta las partes planas naturales. Sin mayor ingeniería, se modifica la configuración de la superficie de las montañas para el aprovechamiento (siembra) de agua de lluvia. Además, del aprovechamiento del recurso hídrico, las cochas sirven para reducir los deslizamientos (huaycos) de piedra de lodo durante la época de lluvia y para evitar las inundaciones con agua de lluvia proveniente de las alturas, con todos los destrozos que ocasionan. 

Vale señalar que el 78% de las empresas agroexportadoras son pequeñas y medianas (pymes), y que una de sus mayores dificultades es disponer de agua todo el año, pero agua de calidad, libre de contaminantes naturales. Por los Andes peruanos –zona mineralizada y volcánica–, las aguas de los ríos tienen altos niveles de contaminación natural. Por el fenómeno lahar (altamente destructivo) –lluvia que arrastra elementos mineralizados desde la cumbre de los volcanes–, la mayor parte de los ríos (en el sur principalmente) contiene arsénico y bromo. La construcción de estas cochas, entonces, servirá para aliviar la carga pesada de minerales en las alturas. Por sedimentación, los materiales pesados (minerales) de las aguas acumuladas en las cochas terminarán depositados en el fondo de los reservorios. Las cochas, como todos los reservorios, son también parte del cuidado del medio ambiente. 

No obstante las dificultades sociales y económicas provocadas por la pandemia del coronavirus, el optimismo agroexportador continúa adelante. Según el Minagri, el sector crecerá 4% en 2020: gracias a la Ley de Promoción Agraria se exportarán más de US$ 7,000 millones de 600 variedades de frutas y verduras que conquistan mercados internacionales. A este esfuerzo exportador se sumarán los 2.2 millones de pequeños productores, con agua disponibles en cochas en todo lo largo de la cordillera. Se siguen sumando las buenas noticias en el agro.

  • 05 de agosto del 2020

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