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Dos décadas de trabajo plástico expuestas en una importante muestra
Además de su conocida labor como ilustrador y caricaturista de importantes publicaciones periodísticas (especialmente la revista Somos), el artista Piero Quijano Pimentel (Lima, 1959) desarrolla también una muy personal obra plástica. Después de que hace siete años un trabajo suyo fuera censurado por el Instituto Nacional de Cultura (a pedido de autoridades militares), Quijano vuelve a exponer sus dibujos y pinturas en la muestra In the studio. 1989-2009, que reúne dos décadas de su trabajo en la Sala Luis Miró Quesada Garland de la Municipalidad de Miraflores.
Quijano es un artista eminentemente urbano y ligado a la actualidad limeña. Los cuadros más antiguos de esta exposición muestran a algunos de los lugares más característicos de la Lima de inicios de los noventa: el estadio Nacional, el cine City Hall o la Avenida Colmena, retratados siguiendo la estética de las caricaturas y el cómic. A partir de estos cuadros, Quijano llega a una especie de neo-costumbrismo y, a la manera de un Pancho Fierro posmoderno, se lanza a capturar escenas típicamente limeñas: estudiantes de un colegio nacional de Comas, vendedores de pescado en un mercado, o las populosas playas limeñas.
Poco a poco estos retratos urbanos van perdiendo su contenido “social” para ganar en virtudes plásticas. Desaparecen las personas y se pone más énfasis en los detalles arquitectónicos y en los contrastes de colores: “encontramos carros y camiones antiguos, rockolas, edificios, etc. cuyos diseños son de especial interés para el artista. Estos elementos parecen tener dentro una vida que manifiesta el paso del tiempo” explica Nicolás Tarnawiecki, el curador de la muestra, en el texto de presentación. Es la vieja Lima que comienza a quedar postergada por los nuevos aires de modernidad que trae el siglo XXI.
Así, se llega a la sección más intimista de la muestra, que se inicia con una serie de retratos de músicos de la época de oro del jazz norteamericano. Aquí Quijano se aproxima al expresionismo de Humareda, tanto por el uso de los colores como por los rostros de esos músicos que fueron tan importantes en su propia formación personal. Son los únicos cuadros que no nos remiten a la Lima de hoy, sino a un pasado que hoy resulta casi mítico. Una segunda serie es la de los coloridos bodegones –acaso el punto más alto en lo que respecta a las virtudes “plásticas”–, en los que Quijano reúne objetos casi al azar (pero ya sabemos, desde Freud, que en estos caso el azar no existe), contrastando sus formas y experimentando con las técnicas de iluminación.
En suma, In the studio nos presenta a un artista en constante evolución, aunque quizás demasiado endeudado con la actualidad periodística, lo que lo acerca mucho al costumbrismo más simple y directo. Pero cuando Quijano logra liberarse de los apremios de la labor periodística, sabe hurgar en su subjetividad y apelar a su formación plástica para entregarnos algunas obras de interés.
La exposición In the studio se puede visitar hasta el 23 de octubre en la Sala Luis Miró Quesada Garland / Avenida Larco 400. Miraflores
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