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Un outsider de la literatura ha obtenido el prestigioso galardón
El Premio Miguel de Cervantes, el más importante galardón de la literatura hispana, fue otorgado ayer al escritor español Eduardo Mendoza por haber “inaugurado una nueva etapa de la narrativa española, en la que se devolvió al lector el goce por el relato y el interés por la historia que se cuenta… en la estela de la mejor tradición cervantina, con una lengua literaria llena de sutilezas e ironía”, según se afirma en el comunicado oficial del jurado. Como se sabe, el Premio Cervantes es considerado el Nobel de la literatura en idioma español, se otorga anualmente desde 1976 y lo han obtenido escritores tan destacados como Jorge Luis Borges (1979), Octavio Paz (1981), Mario Vargas Llosa (1994) y Nicanor Parra (2011).
No muy conocido en nuestro medio, Eduardo Mendoza (Barcelona, 1942) es principalmente novelista y dentro de este género ha publicado quince libros, desde La verdad sobre el caso Savolta (1975) hasta El secreto de la modelo extraviada (2015). La primera de las mencionadas es un amplio retrato sociocultural de la Barcelona de la primera mitad del siglo XX, y fue considerada una de las mejores novelas sobre el periodo español de transición del franquismo a la democracia. Fue un excelente debut literario, que le ganó a Mendoza el Premio de la Crítica española de 1975, y que además tuvo una versión cinematográfica. A pesar de ello, la segunda novela de Mendoza, El misterio de la cripta embrujada (1978) es muy diferente: un divertido policial, con mucho de novela negra y relato gótico, que pronto se convirtió en un gran éxito de ventas, que continuaría con El laberinto de las aceitunas (1982). Después el novelista volvería al retrato social de su ciudad natal con La ciudad de los prodigios (1986), aunque esta vez desde una perspectiva más histórica. Para muchos críticos esta es la mejor novela de Mendoza.
Otros hitos en la trayectoria literaria de Mendoza son las novelas Sin noticias de Gurb (1991), publicada por entregas en el diario El País de España; Una comedia ligera (1996) Premio al Mejor Libro Extranjero publicado en Francia en 1998; y Riña de gatos (2010), ganadora del Premio Planeta de Novela. Además ha incursionado en el teatro, con las obras Restauración (1998, escrita en catalán) y Gloria (1998); en el cuento, con los libros Tres vidas de santos (2009) y El camino del cole (2011); y en el ensayo, con Nueva York (1986) y Baroja, la contradicción (2011), entre otros. Mendoza ya había obtenido el año pasado el Premio Franz Kafka, que otorga la ciudad de Praga (cuna del autor de La Metamorfosis) a novelistas que se destaquen por “su contribución a la tolerancia cultural, nacional, lingüística y religiosa… su validez humana y su capacidad para recoger un testimonio sobre nuestro tiempo”.
Nacido el 11 de enero de 1943 en Barcelona, Eduardo Mendoza tuvo una muy buena educación, en España y diversos países europeos. Se licenció en Derecho en 1965 y llegó a ejercer la abogacía en su país; pero abandonó la profesión para trabajar de traductor de la ONU, en Nueva York. Fue en esa ciudad que comenzó a escribir su obra literaria, que después continuó en varias ciudades europeas, siempre trabajando a la vez como traductor para importantes organismos internacionales. Según el diario El Mundo, con el Premio Cervantes otorgado a Mendoza se reconoce a “un outsider de la literatura, un hombre de maneras exquisitas y con buen humor, que apela a los viejos valores de la novela: gustar, divertir y tratar bien al lector”.
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