Editorial Cultura

Cincuentenario de un disco clásico

Cincuentenario de un disco clásico
  • 08 de agosto del 2016

Revolver de los Beatles inició la edad de oro del rock

Hace exactamente medio siglo, el 5 de agosto de 1966, salió a la venta Revolver, el séptimo álbum de estudio de los Beatles. Un disco que definió el rumbo que tomaría el naciente género musical del rock, presentando un amplio abanico de posibles líneas de desarrollo. E incluso creó un subgénero propio, el rock psicodélico, que identificó a toda una generación, la de los hippies y la contracultura. Y aunque la crítica especializada suele considerar como artísticamente más logrados algunos de los álbumes posteriores de los Beatles —Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1967) y Abbey Road (1969)— Revolver es el primero de la más importante etapa creativa del grupo y acaso el que contiene la mayor cantidad de canciones memorables.

Como se sabe, los Beatles surgieron como grupo musical a inicios de los años sesenta, integrado por John Lennon, Paul McCartney y George Harrison, con algunos otros acompañantes ocasionales. El grupo tocaba canciones de rock and roll de finales de los años cincuenta, de los norteamericanos Elvis Presley, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, etc. Básicamente eran canciones sencillas, centradas en el baile y el amor adolescente. Lennon y McCartney comenzaron a componer sus propias canciones siguiendo ese modelo, y también el de las baladas pop. A mediados de los sesenta, y ya convertidos en un éxito mundial, el grupo comienza a asimilar otras influencias muy lejanas del rock and roll: la música folk de Bob Dylan, los arreglos clásicos del George Martin (el “productor” musical del grupo), la aproximación a la cultura hindú, y especialmente las experiencias con drogas como el LSD. Todo eso asoma de alguna manera en Rubber Soul (1965), un disco con canciones tan pasatistas convencionales como “Michelle” y “Girl”.

Revolver se presenta como innovador en todos sus aspectos. Abre el disco la canción “Taxman”, un poderoso rock compuesto y cantado por Harrison (que comenzaba a consolidarse como compositor) y que era una muy dura crítica al sistema tributario inglés. La canción, cuyo solo de guitarra fue interpretado por McCartney, se convirtió en el primer gran éxito del disco. Le sigue la memorable “Eleanor Rigby”, uno de las más bellas canciones de McCartney, en la que las voces solo son acompañadas por un conjunto de cuerdas (violines violas y violonchelos) de las más pura estirpe clásica. Una canción completamente ajena al espíritu del rock’ and roll, tanto por el arreglo musical como por su tema (la soledad). La siguiente canción es la primera de la serie de audaces creaciones de Lennon: “I’m only sleeping” (“Solo estoy durmiendo”), en la que —para crear una atmósfera onírica— se usan grabaciones de guitarras eléctricas reproducidas a diversas velocidades. Y el solo de Harrison se reproduce invertido, lo que le da una sonoridad muy peculiar.

El recuento podría seguir con cada una de las canciones del disco. Escogemos tres más. En “Got to get you into my life” McCartney quiso hacer un homenaje a la música soul de Memphis, que entonces atravesaba uno de sus mejores momentos. Por eso en la canción destaca el sonido de tres trompetas y dos saxofones, que reemplazan a las guitarras en las armonías y la mayoría de los solos. “She said, she said” es una canción psicodélica, inspirada en el diálogo que tuvo Lennon con el actor Peter Fonda, mientras los dos experimentaban con el LSD, una droga que entonces recién se estaba poniendo de moda. Pero en cuanto a innovaciones, la joya sin duda es “Tomorrow never knows”, la última canción del disco. Tiene una estructura armónica muy simple, pero para aproximarla al espíritu de la música hindú se usaron, por primera vez ,algunos de los más avanzados recursos de grabación: backmasking, loops, sobresaturaciones y la famosa cabina Leslie speaker, con la que se pretendió dar a la voz de Lennon algunos de los efecto de un órgano Hammond.

Incluso el título del disco, Revolver, es el más audaz y misterioso de todos los de los Beatles. No hace alusión al arma, sino que es un derivado del verbo “revolve”: dar vueltas continuamente alrededor de un punto, que es lo que hace un disco. Con todas sus novedades, Revolver marcó el inicio de la mejor etapa del rock, aquella que va de 1966 a 1976, diez años en los que este género musical se convirtió el idioma universal de la juventud.

 
  • 08 de agosto del 2016

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