El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Sobre primer mes en funciones de Alejandro Neyra, Director de la BNP
Hay quienes dicen que aún no se democratiza la cultura de las letras en el país. Y que la Biblioteca Nacional del Perú (BNP) no logra ingresar a las regiones como corresponde. Desde el 2 de mayo esa responsabilidad recae en los hombros del escritor y diplomático Alejandro Neyra, director de la BNP, pues deberá marcar la agenda de esta institución y brindar asistencia técnica para cumplir con los principios de “accesibilidad, calidad, enfoque al resultado, inclusión, cooperación y protección de los Derechos Humanos”, según indica la Ley 30034 – Ley del Sistema Nacional de Bibliotecas.
Es inevitable y romántico enfrentar a Neyra con las figuras que hicieron que la biblioteca resurgiera de sus cenizas, literalmente, los “reconstructores”: Ricardo Palma y Jorge Basadre. El primero por recolectar diversas publicaciones, de casa en casa, después de la Guerra del Pacífico, a finales del siglo XIX; y el segundo por enfrentar las consecuencias del incendio de 1943. También temprano para llamar a Neyra el “reconfigurador” de mentes de los peruanos que no acceden a estos espacios porque no los perciben como un lugar para compartir lecturas, exponer fotografías, escuchar música y debates, ver películas, entre otras opciones. Su tarea será mantener las puertas abiertas.
A partir del 2015 se registra la cantidad de bibliotecas, debido a la legislación promulgada por Ollanta Humala en el 2013. Pero, ¿cuáles son los resultados concretos? Gran encrucijada para Neyra. En el compendio estadístico 2016 del INEI, las bibliotecas en el sistema según departamento fueron de 1,026, siendo 72 públicas —Lima tiene 55 —, 595 de educación superior y 359 escolares. Con cifras del Ministerio de Cultura, el nuevo director señala que de 32 millones de peruanos, solo 2% acceden a las bibliotecas. Es decir, la deuda de involucramiento es abismal. ¡Bibliotecas del Perú, despierten, conviértanse en centros de producción, documentación, exhibición y formación artística para construir colaborativamente el conocimiento!
Para el 2017 se necesita un plan estratégico e indicadores que sean compartidos por los ministerios de Cultura y de Educación. Y esperar que se apruebe la Ley del Libro el próximo año. De esta forma, todas las secciones culturales deben apuntar hacia el Bicentenario tanto de la República como de la Biblioteca. Si no logran ser “una sola fuerza” para mejorar la comprensión lectora y que haya mayor interés por la lectura, el horizonte será oscuro.
Desde El Montonero saludamos que Alejandro Neyra haya dado una conferencia sobre el futuro de la institución en la Municipalidad Provincial de Huancayo el viernes pasado. Ahora que camine por cada región, recogiendo las experiencias y las dificultades para brindar soluciones en corto y largo plazo. Que salga de la zona de confort que muchas veces representa el centro de investigación en San Borja, y que acabe con las críticas de quienes consideran lejanos a los mismos directivos, por no abrir las puertas de las otras bibliotecas en la costa, los Andes y las llanuras amazónicas. Por eso, hermanos, como diría nuestro mayor poeta, hay mucho por hacer para colocar en la mente del público que la biblioteca es un espacio al que se puede acceder no solo por libros (físicos o virtuales) sino por cultura. Lean, comenten y compartan.
Fotografía: El Comercio
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