Berit Knudsen
Valores occidentales amenazados
Por propuestas como la "Civilización Universal" promovida por China

Los valores de la civilización occidental –basados en la libertad individual, respeto por los derechos humanos, democracia representativa, propiedad privada, igualdad ante la ley, tolerancia y búsqueda del conocimiento e innovación– han configurado nuestra cultura, política y ética, pilares del progreso y respeto a lo largo de la historia.
La Declaración de los Derechos del Hombre de 1789, legado fundamental de la revolución francesa; seguida por la Declaración de los Derechos Humanos de Naciones Unidas en 1948, en respuesta a la barbarie de la segunda guerra mundial, representan hitos en la protección de la libertad, dignidad humana y justicia; valores amenazados por el autoritarismo, movimientos terroristas y conflictos internacionales que desvían la razón de ser de instituciones internacionales.
La tradición judeocristiana promueve valores por medio de historias y metáforas; como el nacimiento que representa el principio, nuevo comienzo y esperanza para la humanidad. La niñez simboliza el cambio y porvenir; la juventud el futuro del mundo y la familia, núcleo de la sociedad, cultiva valores trasladando tradiciones para forjar pilares de identidad y moral. La fiesta de las luces de Janucá es la promesa de liberación y renovación frente al sufrimiento y la injusticia; la luz simboliza la conquista de la oscuridad, saber y conocimiento, motor esencial de nuestra civilización.
Pero la libertad se ve amenazada por la influencia de conceptos como la "Civilización Universal" promovida por China, que concede el poder a los Estados y sus dirigentes relegando al ciudadano a un segundo plano. Posterga la importancia de erradicar la pobreza y garantizar derechos fundamentales, avalando el autoritarismo, pasando por alto la gravedad del terrorismo y el valor de los seres humanos.
Enfrentamientos entre Rusia y Ucrania, tensiones en Oriente Medio y amenazas de países como China hacia Taiwán son preocupantes ejemplos que afectan la paz mundial. Las Dictaduras emergentes someten a sus poblaciones, negándoles la libertad individual y libre expresión, perpetrando torturas y tratos inhumanos con los que abandonan los principios establecidos en las declaraciones de los derechos humanos con graves consecuencias.
La Civilización Universal relega la importancia de la libertad, propiedad, seguridad y resistencia a la opresión, desafiando los valores que definieron la civilización occidental. Por ello es importante reflexionar sobre el significado de nuestras tradiciones, recordando que la libertad no puede ser sacrificada en aras de conveniencias particulares. La protección de los derechos humanos y promoción de una paz duradera deben ser la prioridad en un mundo donde los valores de la civilización occidental están bajo amenaza.
La Civilización Universal, concediendo poder a los Estados en detrimento de los individuos, plantea preocupaciones sobre la dirección a la que se encamina nuestro mundo. Los desafíos actuales, como conflictos y la emergencia de regímenes antidemocráticos con discursos que agreden nuestros valores, ponen a prueba los cimientos de la civilización occidental.
Es imperativo reafirmar nuestro compromiso con los principios establecidos en las declaraciones de derechos humanos, comenzando por las Naciones Unidas. La protección de la libertad, propiedad, seguridad y resistencia a la opresión no puede ser sacrificada por fuerzas que amenazan con socavar la dignidad humana con relatos ilusorios. La civilización occidental y sus valores fundamentales deben resistir y adaptarse a los desafíos actuales, preservando el legado que ha guiado el progreso y la justicia a lo largo de los siglos. En medio de la oscuridad, la luz, esperanza y justicia deben prevalecer.
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