Franco Consoli
¿Vacunarse o ir a la cárcel?
El peligroso proyecto de ley de la congresista Susel Paredes
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Vacunas obligatorias: ¿preocupación por la salud peruana o un nuevo ataque a nuestra libertad? Esa es la pregunta que debemos hacernos hoy en día en el Perú. Esto debido a que en el Congreso de la República, la colorida congresista Susel Paredes ha promovido, hace poco más de un mes, un proyecto de ley para sancionar penalmente a quienes promuevan el rechazo a las vacunas obligatorias.
La izquierda peruana pretende limitar cada vez más nuestras libertades, dado que en el fondo detestan que las personas piensen y actúen por voluntad propia. Sin embargo, el autoritarismo que emana de sus acciones siempre debe ser encubierto o escondido detrás del bien común. Ello lo podemos evidenciar en este nuevo proyecto de ley que pretende criminalizar a las personas que se oponen a sus ideales.
Debemos ser claros, la vacunación debe ser promovida por el Estado, de forma tal que sus ciudadanos puedan protegerse frente a las diversas enfermedades que existen hoy en día. Pero no podemos confundir la promoción con la obligación. El Estado no tiene ningún derecho sobre nosotros para decirnos que hacer con nuestro propio cuerpo, mucho menos puede forzarnos a inocularnos ningún tipo de sustancia, sea buena o mala.
Asimismo, de la misma forma que el Estado no puede, bajo ninguna circunstancia, obligarnos a vacunarnos o no, contra cualquier enfermedad, tampoco puede sancionar a quienes se opongan a las vacunas.
El proyecto de ley de Susel Paredes pretende condenar con una pena de hasta seis años de cárcel para aquellos que se manifiesten en contra de la vacunación. Una locura total. Ciertamente, disfraza el autoritarismo de su proyecto legislativo señalando que serán sancionados quienes “instiguen” a la no vacunación, lo que en otras palabras significa que si uno escribe una columna como esta, objetando la vacunación obligatoria, entonces terminará preso. Pues de ser así, metanme preso, porque jamás apoyaría una idea tan demente y autoritaria como la que señala la congresista.
¿Dónde queda la libertad de expresión, de acción o la libertad de credo? Es perfectamente aceptable que una persona, por motivos religiosos o culturales se oponga a cualquier tipo de vacunación, y la obligación, bajo pena de cárcel a su oposición es una gran vulneración a sus derechos fundamentales reconocidos por nuestra Constitución. Si el Estado puede decirnos qué hacer con nuestro cuerpo y que no podemos hacer ¿Somos libres?
Además, con los socialistas y los progresistas siempre es igual, dales la mano y te agarran hasta el codo. El proyecto de ley hoy se limita a ciertas vacunas como las que sirven para combatir el sarampión o la poliomielitis, ¿pero quien nos dice que tras su aprobación no intentarán ampliar la gama de vacunas? ¿Quién nos puede asegurar que un año después de su aprobación, no nos intenten obligar a vacunarnos contra el covid por ejemplo?
El pretexto inicial es solo un grupo de vacunas, sin ninguna garantía de que la gama de lo que quieran que nos inoculamos aumente. Una gran trasgresión a nuestros derechos fundamentales, no sólo al derecho de decidir que inyectamos o no a nuestro cuerpo, sino a nuestra libertad de expresión. Todos tenemos derecho a oponernos contra lo que nos parezca incorrecto, y nuestra libertad de expresión no puede verse condicionada a los ideales progresistas. De no ser así, espero ser el primero que vaya preso. Cada quien elige qué acciones tomar sobre su propio cuerpo.
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