Heriberto Bustos
Un fracaso más… claro que importa
Sobre las próximas segundas vueltas de las elecciones regionales

En más de un tercio de regiones del país, las elecciones para gobernadores se definirán en segunda vuelta el siguiente mes. Los habitantes de Piura, Lambayeque, Cajamarca, Amazonas, Pasco, Lima Provincias, Callao, Moquegua y Cusco, tendrán la oportunidad (aterrorizados por el síndrome del mal menor) de decidir entre dos opciones, encargando sus aspiraciones y el futuro regional a una de ellas. Una decisión que en el marco del ejercicio de ciudadanía y de las acciones de la corrupción –anidada en el aparato burocrático de la mayoría de estas regiones, donde ex gobernadores y funcionarios están presos o son partícipes de procesos judiciales y muchas obras se hallan paralizadas– demanda de sus pobladores responsabilidad y firmeza al momento de comprometer su voto. Recordemos conforme lo señalaba el maestro y político español Julio Anguita: “Quien vota por corruptos los legitima, los justifica y es tan responsable como ellos”.
Ejemplos nacionales de corrupción que causan vergüenza abundan, y lamentablemente en esta coyuntura electoral tienen seguidores en muchas regiones. Como bien reza el dicho “dime con quién andas y te diré quién eres”, y resulta difícil para algunos candidatos esconder vínculos con la acción más delictiva que destruye al país. Cierto es que los corruptos se unen muchas veces en cuerpo y otras en alma; de allí que los “esfuerzos” que vienen realizando, a puertas de la segunda vuelta, algunos aspirantes (teñidos de inmoralidad) por “mantenerse” a distancia, “deslindar responsabilidades”, constituyen tan solo poses del momento a fin de engañar o confundir a los electores.
En la primera vuelta hemos sido testigos de tremendas “inversiones” que realizaron ciertos candidatos (pintas, banners, afiches, movilizaciones de personas de un lugar a otro, concentraciones, mítines y utilización de la prensa local), los que se intensificarán en la segunda vuelta. Los inversionistas –que no son los candidatos, sino los que ayudan en la campaña– apostarán a ganar, a fin de que su inversión no sea en vano. Dicho de otro modo, apostarán a que el mediador de la deuda (el candidato) obligue su pago a la población, echando mano a los recursos del gobierno regional. Por esa razón la emisión del voto informado sobre las acciones y la ética de los aspirantes al gobierno regional se convierte en un aspecto importante para no ser cómplices de un nuevo fracaso frente a la corrupción.
Felizmente vivir en comunidades pequeñas corre a favor del bien, dado el conocimiento que se tiene de sus integrantes. Y con mayor razón de quienes, en su intento de convertirse en líderes, van dejando huellas de sus actos (correctos o incorrectos). De allí que las promesas y gestos de limpieza de quienes están coludidos con la deshonestidad, van perdiendo asidero en las conciencias de los pobladores, que sienten la exigencia de que pasen de la palabra a la acción todos los que añoran recuperar los valores que aseguren una vida armoniosa en comunidad.
En estas circunstancias, resulta importante tomar en un sentido de acción las afirmaciones del escritor ruso León Tolstoi: “Ya que las personas corruptas se unen para conformar una fuerza, entonces la gente honesta debería hacer lo mismo”. Comprometámonos con la necesidad ética de iniciar una cruzada política enarbolando la consigna ¡Contra la corrupción tu voto sí importa!
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