Ángel Delgado Silva
Tergiversando la verdad histórica
La evidente infiltración marxista en nuestro sistema educativo
En un orden político democrático el pensamiento es libre y podemos expresar nuestras ideas sin temor. Aquellas posiciones estimadas erróneas o perniciosas no son reprimidas, pero se combaten ideológicamente. Así sucede porque la tolerancia es el fundamento de toda sociedad abierta. Sin embargo, cuando se adoctrina interesadamente y de modo soterrado, a través de los mecanismos del poder estatal, estamos ante una coacción infame y plenamente antagónica al ejercicio de las libertades cívicas.
Si bien la Universidad San Martín de Porras y el Ministerio de Educación han deslindado con un video escolar, en donde Abimael Guzmán y el senderismo son presentados como quijotes que pelean “con los hacendados por la justicia de los campesinos”, es evidente que la infiltración marxista en el sistema educativo comienza a convertirse en un problema nacional principal. Si existen contenidos tendenciosos, bajo formas melifluas y encubiertas, que son absolutamente contrarios a la posición del Perú sobre el fenómeno terrorista, estamos ante una tergiversación injusta y tendenciosa de la reciente historia.
No digamos que son mensajes apologéticos, mas tampoco distan mucho de tal propósito. Es indudable el sesgo parcializado y favorable a Sendero Luminoso, al considerarlo una guerrilla latinoamericana más, omitiendo su proceder atroz y su vesánico fundamentalismo; rotundamente rechazado, sin duda, por el propio ex presidente uruguayo José Mujica, con el cual el video de marras compara.
Igualmente, resulta condenable la idealización de Abimael Guzmán, como si fuera el Quijote cervantino, por sus lecturas numerosas y afición por el estudio. También es perverso justificar el surgimiento del grupo terrorista atribuyéndolo a los “males del capitalismo, sus injusticias y corrupción”, en una grotesca versión de un Robín Hood andino que repartía lo robado entre los pobres del país.
El ataque a las FF.AA. es sibilino y, al mismo tiempo, descalificador. Se dice a los jóvenes estudiantes que los “guerrilleros del PCP” se mimetizaban con los usos y costumbres de la gente, motivo por el cual las fuerzas del orden abusaron con la población. Por supuesto, los soldados y oficiales que ofrendaron su vida defendiendo a la patria y la democracia son denigrados mediante estas sutiles pero venenosas explicaciones.
Creemos que no es un desliz que simplemente debamos lamentar. Es menester profundizar la investigación y encontrar a los responsables de tamaña falsificación histórica. Esta clase de información escamotea la verdad; pero peor aún, no educa a las futuras generaciones en un sentido democrático y en pro de una cultura de paz.
Es tiempo ya que la ciudadanía democrática recupere para sí el contenido y la orientación de la educación de sus hijos. Que seamos capaces de derrotar a los usurpadores enquistados en los aparatos del Estado. Que la cultura esté al servicio de la nación. Para que la República renazca y sea el hogar de todos los peruanos.
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