Arturo Valverde

“Solamente unos meros agentes de Rusia”

El comunismo cubano, según Haya de la Torre

“Solamente unos meros agentes de Rusia”
Arturo Valverde
14 de julio del 2021


En una entrevista para la revista cubana
Bohemia Libre, publicada el 16 de abril de 1961, Víctor Raúl Haya de la Torre, jefe y fundador del APRA, analizó la situación de Cuba en un extenso reportaje. Reproduzco algunas declaraciones de esa entrevista incluida en el libro ¿Prédica en el desierto? Haya de la Torre en 40 reportajes, por dos razones: porque a falta de un hombre de Estado nunca está de más releer a uno de los mejores que tuvimos, y porque la coyuntura actual que se vive en América Latina lo amerita.

Haya escucha, atento, la conversación en torno a una mesa informal. De vez en cuando interviene con alguna pregunta y vuelve a su silencio analítico. Tras apurar un vaso de jengibre, remata el diálogo gastronómico con estas observaciones:

–Miren, a mí nunca me gustó Fidel Castro. Me entusiasmó el episodio de la Sierra Maestra al principio, pero luego me pareció demasiado personalista. Y ustedes saben que le tengo miedo a los caudillos, sobre todo a estos caudillos con ínfulas de predestinación.

(…)

–No creo que ni tan siquiera deba llamarlos por su nombre. Me dan asco y hacer lo que han hecho no tiene mérito alguno: para mí son solamente unos meros agentes de Rusia.

(…)

–América ha visto el vendepatrismo: Santana en México, Flores en Ecuador y las manos mezquinas que, cuando la reforma de Juárez, fueron a entregar el país a Maximiliano. Lo que sí es nuevo, es este vendepatrismo a la izquierda.

–Sin embargo, no puede confundirse lo que hay de ideal, de auténtico, de justo en el comienzo de la revolución cubana, y lo que hay de entreguismo, de sumisión a algo antiamericano y totalitario, que está en contra del ideario de estos pueblos resumido en pan con libertad.

(…)

–El hombre de América aspira al pan con libertad, no al pan sin libertad de los totalitarios. Eso sería una satisfacción incompleta. Quiere ser libre para escoger su rumbo, libre para poder protestar, libre para organizarse, libre para educarse.

–De ahí, que cuando vengan los tiranos a dar el pan sin libertad, los pueblos no tienen mejor respuesta que la frase del Evangelio: “No solo de pan vive el hombre”. O el fallo del historiador del Imperio Romano: “Pan y circo, señor, fueron el origen de la decadencia”.

–Lo que se quiere es pan con libertad, democracia con justicia. A ese puro ideal, solamente se oponen los demagogos que se valen de todos los ardides para confundir el imperialismo con la negación de toda obra constructiva, para decir que defienden los intereses del país cuando buscan la disociación social y política que traiga una tiranía, que les permita, a su sombra, medrar y progresar.

(…)

–Lo que Cuba necesita es hablar. Y no se preocupen sus dirigentes por nuevos programas. El programa único de mañana tiene que ser: darle oportunidad inmediatamente al pueblo para que hable y determine qué quiere.

Para rematar su pensamiento en favor de prontas consultas populares, cita a Martí:

–Cuando en un país el sufragio es ley, la revolución está en el sufragio.

(…)

–El comunismo no existe a los 43 años de la revolución comunista. Ni en Rusia ni en China; lo que existe es una variante del capitalismo: frente al capitalismo privado se contrapuso el capitalismo de Estado. Y el trabajador (pues no se cumple el principio socialista “a cada uno según sus necesidades) cobra en Rusia y en China como en Estados Unidos, según su trabajo y su rendimiento. Todo lo demás, lo de la “igualdad social en las repúblicas de trabajadores y campesinos”, son embustes propagandísticos vulgares para engañar a ingenuos.

América está necesitada de ese dinero, para salir de su indigencia, venga de Oriente o de Occidente. Sin embargo, tiene que estar consciente de la diferencia de los inversionistas. Pues los capitalistas, ni en Rusia ni en Estados Unidos, no regalan nada; prestan para cobrar intereses. Y naturalmente quieren sacar producto a lo que mandan. La distinción está en que tras el capitalista particular va la bandera y detrás el cañón; y que tras el capitalista de Estado va la bandera y detrás el paredón.

(…)

–No le tengo miedo a los comunistas –responde a la disyuntiva de ilegalizarlos como partido o no–, y creo que hay que encararlos sin complejos, con una doctrina. El comunismo es antihistórico en América. Ha fracasado, dijimos que iba a fracasar y seguirá fracasando.

Arturo Valverde
14 de julio del 2021

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