Iván Arenas

Se busca líder de la oposición

No existe en el horizonte un proyecto político alternativo

Se busca líder de la oposición
Iván Arenas
20 de julio del 2022


Que algunos, en todo el gran arco de la oposición al gobierno de Castillo, hayan pretendido ver en el arrepentido Zamir Villaverde a un cuasi jefe de la oposición, de alguna manera denota la enorme ausencia y la falta de un líder que organice un proyecto alternativo al colectivismo de Castillo y compañía. En otras palabras: la enfermedad infantil de la oposición, reunida en contra de Castillo, es no haber construido al líder. 

En un principio se suponía que los partidos con representación en el Congreso actual eran los primeros llamados a presentar a los capitanes contra el proyecto de los soviets. Sin embargo, la señora Keiko Fujimori medita sobre su futuro, César Acuña juega un partido de corto plazo, Rafael López Aliaga se dedicará a Lima en los próximos meses y Acción Popular está quebrado en varios pedazos, entre ellos los “colaboracionistas”. 

Si bien no se ha consolidado un líder que tenga representación nacional en el Congreso, adicionalmente existe un yerro de lectura política. Todo indica que hay una desconexión entre el Congreso y los sectores populares. En todo caso, allí están los resultados de las encuestas demostrando la desaprobación a este Congreso, no obstante de haber detenido la intentona chavista de primera hora de Castillo y de que ahora tenga el poder “realmente existe”. En otras palabras: los sectores plebeyos y populares no sienten al Congreso cerca de sus problemas “reales”, de sus dolores diarios. No hay una legitimidad. 

Así como no hay un líder claro en la oposición que tenga la capacidad de colocar temas “ciudadanos” en la agenda política, tampoco existe en el horizonte un proyecto político alternativo al Gobierno. Quizá una de las razones de la no caída del gobierno y de Castillo, a pesar de todos los yerros de este y sus roces con la corrupción, sea que el ciudadano común no ve una alternativa seria al colectivismo de Castillo, , un proyecto que le dé seguridad frente al caos.

Además de todo lo anterior hay un “relato que se muere” pero no termina de morir. ¿Cómo así? Me explico. Desde el 2000 se organizó un régimen político –la república “caviar”, por así decirlo– con una narrativa potente, en el que uno de los vértices era el antifujimorismo militante. Este relato está a un paso de caer, porque ya no aguanta más: la elección de Castillo es la cereza de la torta de la guerra de religiones, una guerra de pasiones más que de razones. Si este relato y todo lo que organizó el sector caviar no cae es porque, justamente, no hay un proyecto político alternativo (como lo hubo cuando el fujimorato moría). 

El gran drama de hoy es que la falta de proyecto, de líder y de conexión con los sectores populares, tiene como resultado que Castillo se mantenga en el poder, a pesar de sus sobrinos, Pacheco y Silva.

Iván Arenas
20 de julio del 2022

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