Se acabaron el recreo y el silencio

Millones de peruanos le exigirán al gobierno que actúe con responsabilidad

Hace pocas semanas, tras conocerse que Fernando Zavala ocuparía el cargo de titular de la PCM, varios se adelantaron a señalar su falta de “muñeca” política como lastre para el desempeño de su función. Lo que acaba de ocurrir el martes último en el Congreso tira por tierra esas apreciaciones. No solo porque el ex Backus adelantó una ronda de conversaciones con los movimientos políticos (relativamente exitosa, pues incluyó al fujimorismo), sino también porque tras el error de PPK —al mostrar sus afanes de “jalarse” a congresistas fujimoristas, en una entrevista al diario El País—, Zavala fue a la vena: pidió disculpas y allanó al camino a una primera meta: lograr la investidura del Gabinete.

A renglón seguido de este hecho, poco usual en la política peruana (reconocer errores y disculparse), ante Luz Salgado, la titular del Legislativo, varios miembros de la bancada naranja han empezado a señalar que el voto de confianza casi no estaría en discusión. Así, salvo el tema de la presidencia de la Comisión de Presupuesto del Parlamento, este clima de distención entre el Gobierno y la primera fuerza opositora, que tanto venimos reclamando tras el fin de la segunda vuelta, se está asomando. Y con ello, la posibilidad (¡por fin!) de lograr una agenda concertadora mínima.

El otorgamiento de facultades, por ejemplo, debería ser acotado a pocas materias de urgencia. Mucho más relevante es que el Ejecutivo cuente con el respaldo político del Parlamento para el paquete de acciones (varias ya adelantadas por los ministros) a implementar en los primeros cuatro o cinco meses de gestión. Los aún esperanzados (como este columnista) quisiéramos que este impulso inicial aborde reformas claves en materia de seguridad ciudadana, reactivación económica, reestructuración de varias entidades estatales (en su relación con la ciudadanía y los gobiernos subnacionales), sistema político en asuntos críticos, reforma laboral, además de los temas cruciales anunciados por PPK en su mensaje: agua, salud, educación, enfraestructura y lucha anticorrupción.

Soñar no cuesta, como lo demostró el presidente en su primera alocución al país. Pero este primer esfuerzo de medidas, para aterrizar y procurar el éxito, necesita a una clase política mínimamente alineada. Hemos perdido cinco años en pullas, acusaciones y descalificaciones. El Perú, su gente, nosotros, debemos hacer sentir a quienes tienen responsabilidad de gobierno en cualquier nivel que se deben a la población, y no a sus líderes, colores, partidarios o ambiciones. Y sobre todo, a aquella porción de peruanos a la que el Estado “no nos perdona una” si dejamos de pagar impuestos, derechos, arbitrios y cargas de todo tipo.

La esperanza que algunos tenemos, como se entenderá, finalmente está en la gente más que en los políticos. Creo no equivocarme si digo que, hoy por hoy, millones de peruanos están en capacidad de hacer pesar su ciudadanía y exigirles a los operadores del sistema democrático (nuestros mandatarios y servidores, finalmente) que actúen con responsabilidad.

No solo acabó el recreo, también el silencio de muchos compatriotas.

Mario Saldaña C.

@msaldanac