Herberth Cuba
Rectoría en salud
El caos generado por la descentralización y desconcentración
La capacidad de respuesta del Estado ante las necesidades de salud de la población peruana se encuentra mellada. El gobierno es incapaz de ofrecer una respuesta articulada, eficaz y eficiente. Los indicadores sanitarios han caído en modo progresivo en el último lustro.La implementación de la mal llamada “reforma de salud” humalista ha traído consecuencias negativas en la organización y funcionamiento del sistema de salud.Los medios de comunicación, los debates políticos y la opinión de la gente resaltan el sufrimiento y las quejas de los usuarios por el mal desempeño gubernamental en salud. Sin embargo, no solo el gobierno funciona mal, también otros actores involucrados, no gubernamentales en salud.
La articulación y coordinación de la respuesta eficaz del gobierno en salud, que por mandato constitucional le compete al Ministerio de Salud (Minsa) no se encuentran desarrolladas en las normas promulgadas en el gobierno 2011-2016 y, como consecuencia, el Estado no ejerce esa función con grave perjuicio de la gente. Peor aún, las normas que trataban esos aspectos fueron derogadas. El Minsa ha perdido la rectoría de su sector y de todo el Sistema Nacional de Salud. El paquete de 23 decretos legislativos, llamado de reforma, ha destruido la rectoría sin tomar en cuenta que con esa decisión ha afectado la organización y funcionamiento del sistema, en la relación Estado-Estado y Estado-Sociedad.Es decir, la relación entre los ministerios y la sociedad. Además ha perdido la potestad sancionadora.
La rectoría es la base de la acción de gobierno. Es el pilar sobre el que se construye todo el aparato gubernamental. La falta de rectoría en salud impide el diseño, conducción y evaluación de las actividades de salud. No hay que confundir las características, las funciones o dimensiones de la rectoría con la rectoría misma. La rectoría responde a la necesidad del Estado de distribuir el poder y la acción de gobierno para lograr los objetivos nacionales y de gobierno. El artículo 9 de la Constitución señala que “El Estado determina la política nacional de salud. El Poder Ejecutivo norma y supervisa su aplicación. Es responsable de diseñarla y conducirla en forma plural y descentralizadora para facilitar a todos el acceso equitativo a los servicios de salud”.
Destruir la rectoría equivale a destruir el Estado. Eso es lo que ha ocurrido ennuestro país. El diseño y la conducción de la política de saludse han trasladado a las regiones, al sector privado, a los diversos actores sanitarios. Además, los diversos ministerios que tienen funciones de salud hacen lo propio. Se ha producido una ruptura de la cadena de mando con grave perjuicio de la población. Se ha confundido descentralización y desconcentración con rectoría. La descentralización es una acción de gobierno. La rectoría es una acción del poder del Estado.
La propia Ley Orgánica del Poder Ejecutivo (LOPE) señala que cuando existen actividades que realizan diversos ministerios (sectores) es necesario crear un sistema y adscribirlo a un ministerio que es su ente rector. Este es el caso de la salud. Hay varios ministerios que realizan acciones de salud y, por lo tanto, existe un sistema —llamado Sistema Nacional Coordinado y Descentralizado de Salud— que está adscrito al Ministerio de Salud, y el ente rector de este sistema es el Minsa. El ministro(a) preside el Sistema Nacional de Salud. Sin embargo, la Ley 27813 —que norma al Sistema Nacional de Salud— ha quedado desactualizada por el proceso de descentralización. Peor aún, la perdida de rectoría que ha sufrido el Ministerio de Salud la ha hecho inoperante.
El nuevo gobierno tiene la misión de reconstruir, desde las bases, el sistema de salud. Los diagnósticos expresados por los diversos funcionarios del sector hancoincidido en la necesidad de recobrar la rectoría del Minsa sobre su propio sector y sobre todo el Sistema Nacional de Salud. No es tarea fácil, porque por la ausencia de poder y desgobierno se ha convertido en una organización proclive a los actos de corrupción.
El abandono de la salud púbica, el deterioro de los indicadores sanitarios, las colas, los brotes de actos de corrupción, la falta de atención médica entre otros aspectos negativos contrastan con la anomia, la desorganización y hasta la displicencia de la respuesta gubernamental. Y claro, el ente rector de la salud de nuestro país está destruido. La ministra esta maniatada y sin poder.
Por: Herberth Cuba
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