Dante Bobadilla

¿Que se trae el papa?

Un mensaje de corte socialista y críticas al libre mercado

¿Que se trae el papa?
Dante Bobadilla
18 de enero del 2018

 

Dicen que la visita del papa Francisco será una oportunidad para reflexionar, pero no he podido oír ninguna reflexión hasta ahora. No sé a qué clase de reflexión se refieren. Todo lo que escucho por acá son loas y alabanzas al papa y a toda palabra salida de su boca. Hay una profunda convicción de que su sola presencia y mensaje resolverá todos nuestros problemas. Es una actitud muy peruana, debo decir.

En Chile, en cambio, no solo se han dado reflexiones sobre la actuación política del papa y su mensaje en el campo económico, sino hasta críticas y oposición, llegando al vandalismo terrorista contra templos católicos, lo que debemos deplorar y condenar definitivamente. Hay pues un abismo de diferencia entre estos dos países vecinos. Tal vez se deba a que el Perú fue el centro del virreinato y, por eso mismo, aquí la dominación española y católica fue más penetrante.

Pero la reflexión en el Perú es un ejercicio intelectual que está muy venido a menos, particularmente en los medios, convertidos en piscinas de barro donde todos pelean tratando de embarrar al rival. No hay un solo espacio de reflexión sobre temas de real trascendencia. Se pasan la vida en pleitos de callejón, chismes y banalidades, con la manía empobrecedora de poner al fujimorismo en el centro de toda discusión. La religión es algo que no se toca, es un tabú que solo merece genuflexión.

Entonces me pregunto ¿qué clase de reflexión nos permitirá el papa? Yo creo que ninguna. No veo que en este país estemos en condiciones de reflexionar, por ejemplo, en torno a las relaciones entre el Estado y la Iglesia; o las formas de la religiosidad popular caracterizada por la cucufatería, la idolatría y la práctica de rituales que no tienen ningún correlato con los valores de nuestra sociedad, que sucumbe ante la corrupción, la inmoralidad, la desidia y otros vicios. En fin, tantos temas sobre los que podríamos y deberíamos reflexionar, como el rol de la religión en la educación.

La visita del papa ha puesto de manifiesto que el Estado peruano es todo menos laico, y que la supuesta separación entre el Estado y la Iglesia católica no es más que una fantasía retórica. El Estado en pleno se ha puesto a disposición del papa. Incluso varios municipios han gastado fondos públicos en enormes paneles publicitarios para darle la bienvenida al papa. ¿Es eso lícito?

No deberíamos seguir engañándonos con la idea de que el Estado es laico. No lo es, y en ninguna parte dice que lo sea. Su accionar tampoco evidencia independencia de la Iglesia católica. Al contrario, según la Constitución, el Estado le debe su colaboración. Nuestras Fuerzas Armadas y PNP están consagradas a la Iglesia católica.

En cierto modo, el Perú permanece aún en la Colonia, pues nos independizamos políticamente del imperio español, pero no de la Iglesia católica. Por acá nunca pasó el reformismo ni la Ilustración, por lo que podríamos afirmar que seguimos en la Edad Media. Es solo suerte que no siga operando la Santa Inquisición. Sin embargo aplican muchas formas de censura y exclusión a los disidentes a la fe. ¡Si no lo sabré yo!

El catolicismo tiene sus propios problemas y enfrenta duras críticas por diversas razones. Una de ellas, precisamente, por el mensaje del papa Francisco. La iglesia está en declive en toda Latinoamérica. Y no por culpa del ateísmo, sino por su propio desprestigio y el accionar de otras iglesias cristianas que son vistas con mejores ojos por los creyentes más comprometidos, pues no son una puerta abierta a toda forma de religiosidad desbocada y popular, que es una de sus principales críticas al catolicismo. También hay muchos que prefiere creer y ejercer su fe a su manera, sin vincularse con ninguna iglesia ni intermediario alguno frente a su dios.

El mensaje de corte socialista del papa Francisco ha chocado con el núcleo duro de la cultura occidental, con la clase intelectual que ha defendido y sustentado las libertades en esta parte del mundo. Las constantes críticas del papa al capitalismo y al libre mercado, sus cercanías con líderes de izquierda, sus abrazos con dictadores criminales de la talla de Fidel Castro, su mediación a favor de las FARC y otros gestos no han sido bien recibidos por muchos sectores, incluso dentro de la propia Iglesia. Hay pues muchísimos temas que nos trae el papa Francisco y sobre los cuales no escucho absolutamente nada en esta villa de los reyes.

 

Dante Bobadilla
18 de enero del 2018

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