Manuel Gago

Que los políticos no estorben

Que los políticos no estorben
Manuel Gago
12 de diciembre del 2016

Ministro Saavedra es lo mejor que hemos tenido en educación

Acaloradas discusiones ha provocado la moción de censura presentada por Fuerza Popular en el Congreso contra el ministro de Educación Jaime Saavedra. Hasta el momento, el ministro se mantiene firme en el cargo. Quien se siente libre de polvo y paja no puede sucumbir ante la presión del adversario, haciendo lo políticamente correcto para satisfacer esa idea gaseosa de renunciar por los intereses del país. Y no hay mayor interés que la transparencia, que las cartas sobre la mesa digan qué intereses se juegan alrededor de esta moción de censura.

Los adversarios del ministro lo presentan como si fuera un corrupto e inepto; alegan incluso que es un encubridor, que sabía de los actos de corrupción descubiertos en su sector. Tales afirmaciones avalan la teoría del autor mediato, por la que una resolución judicial mandó a la cárcel al expresidente Alberto Fujimori. Claro, a Fuerza Popular no le interesa el destino de Fujimori papá.

Hasta donde la memoria nos alcanza, el ministro Saavedra es lo mejor que hemos tenido en educación. Desde la dictadura de Velasco, todos los experimentos educativos han fracasado, ninguna reforma ha ofrecido nada bueno que podamos aplaudir; por el contrario, se ha retrocedido. ¿O no? Que los estudiantes confundan a Miguel Grau con Abimael Guzmán, y que las estrellitas de la tele no puedan responder preguntas tan primarias, es una realidad deprimente.

Jaime Saavedra no es iluminado ni mesiánico, ni el “ya no ya” de la educación. Es un hombre de carne y hueso, cuya entrega por la causa educativa debe ser reconocida. Sus propuestas se pueden corregir para mejorar y esa es la tarea responsable. Lo irresponsable es defender los intereses soterrados de un emprendedurismo que con el cuento educativo hace política.

Los esfuerzos de hoy no se verán pronto. El trabajo educativo es de largo alcance en un Perú cuyas adversidades son tremendas. La educación debería radicalizarse con una cruzada que coja de la mano a todos lo sectores del país. Haya de la Torre en 1931, con esa visión de largo alcance, instauró las universidades populares porque decía que a la población hay que darle conocimiento y moral.

Mentalidades corruptas le han inoculado al país antivalores, degradando a la población, sometiéndola a sus instintos primarios, quitándole la oportunidad de razonar, esclavizándola, encadenándola a sus ignorancias. Una o dos horas de educación cívica valen nada frente a interminables horas diarias de realities y de programas basura que envenenan la mente de los escolares. ¿Cómo corregir los ideales de la vida loca y desenfreno que han penetrado en el espíritu de la población?

Fuerza Popular ha cometido un gran error político del que no saldrá bien librado. Si la censura procede será señalado como el enemigo principal de la educación y se quedará con su 30% de seguidores fieles sin escarmentar, como infalibles, como si no hubieran pasado peripecias iguales o peores. Si la censura no procede, se debilitará políticamente y dejará de ser el partido opositor con más fuerza.

El escritor y conferencista, Anuor Aguilar, ha dicho que "estamos a tiempo para elegir uno de dos caminos: el del odio interno o del crecimiento mutuo. Viajo por el país y veo jóvenes con ganas de salir adelante y lo único que piden es que los políticos no estorben". Totalmente de acuerdo con Anuor.

Por. Manuel Gago

Manuel Gago
12 de diciembre del 2016

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