¡Qué la izquierda caviar asuma las consecuencias!

La izquierda caviar nos debe una tremenda explicación. En realidad la explicación se la darán a la historia del Perú. No obstante, todo este rompecabezas sin fin que representa la administración Castillo, y que ha llevado al Perú al abismo, no es sino responsabilidad de la izquierda caviar y de todo el arco político que le tiene declarada una guerra al fujimorismo de Fuerza Popular o a cuanto partido no comulgue con sus ideas. 

La izquierda caviar es la absoluta responsable de que Pedro Castillo esté en el gobierno hoy. Sin su apoyo político y mediático total a Perú Libre y a Castillo en la segunda vuelta, el Presidente que hoy tenemos no sería tal. 

La izquierda caviar, sus intelectuales, académicos y organizaciones no gubernamentales son responsables directos porque no solo sabían de las enormes limitaciones de un Pedro Castillo candidato, sino también porque aunque sabían que éste no tenía un programa sólido ni un proyecto político serio, y que representaba claramente un conjunto de intereses variopintos (desde comunistas ortodoxos hasta lobistas) lo apoyaron y defendieron durante toda la segunda vuelta y los últimos seis meses.

Ahora que han sido casi expectorados del Gobierno al que defendieron, los caviares intentan desarrollar una narrativa, un relato que sea el salvavidas que no los hunda en el mar de la ineficiencia y corrupción de la administración Castillo. 

Apuesto que la izquierda caviar dirá que ellos no han gobernado, y con ello querrán lavar los últimos seis meses en los que participaron de uno de los peores gobiernos de los últimos 20 años. Es casi seguro que este nuevo Gabinete, el tercero, pronto tendrá los mismos problemas que los dos anteriores. No hace falta ser pitonisa. Ojalá y me equivoque.

Como decía líneas arriba, desde ahora en adelante se le deberá recordar a la izquierda caviar, que no son sino medios, periodistas y analistas, es decir humo, su apoyo al candidato y al Presidente Castillo. Pero además que ellos –esta izquierda caviar, cosmopolita, de los barrios mesocraticos– son los culpables de que continúe una guerra sin fin contra cualquier movimiento político que no comulgue con sus ideas. De modo que si habla de tolerancia, le debemos decir que ninguna. 

Hasta aquí se ha llegado. La izquierda caviar creadora del antifujimorismo más cerril como del antiaprismo más injustificado, debe como un acto de contrición desaparecer los vetos y excomulgaciones de la escena política.