Manuel Gago

¡Qué calamidad!

Panorama político y social detiene la recuperación económica

¡Qué calamidad!
Manuel Gago
15 de noviembre del 2023


El plan de reactivación económica presentado por Alex Contreras, ministro de Economía, se da en un momento de fuerte tensión política entre el Poder Legislativo y la Tercera Sala Constitucional del Poder Judicial, y ante la exasperación ciudadana por la incontrolable ola de asaltos, extorsiones y secuestros. Y para coronar este clima de guerra política e inseguridad, las declaraciones del fiscal José Domingo Pérez abonan al enfrentamiento. Veamos.

En el Congreso de la República, la votación de un informe sobre la Junta Nacional de Justicia (JNJ) fue suspendida. La Tercera Sala Constitucional aceptó una acción de amparo que favorece a la JNJ, fortaleciendo a los “constitucionalistas” vizcarristas empeñados en desarrollar campañas de confusión ciudadana, y dejando de lado la separación y funciones constitucionales de los poderes del Estado. Los congresistas están facultados para legislar, representar y fiscalizar. El TC ya se pronunció: “No se pueden plantear acciones de amparo en contra de las funciones exclusivas y excluyentes del Congreso reconocidas en la Constitución”. Sin embargo, aliados de esa JNJ dicen ahora que ni el TC puede detener una resolución judicial. Para confundir sobran ganas. 

Por desconocimiento y desinterés, sectores ciudadanos no distinguen quién es quién en esta lucha. La guerra es entre quienes hacen de las suyas –desde el Gobierno de Valentín Paniagua– controlando el Estado y las instituciones, y quienes intentan limpiar el país de corrupción desde la Fiscalía de la Nación. La vizcarrista JNJ se ha propuesto desaforar a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, con investigaciones tramposas, y en su lugar poner a personajes como Pablo Sánchez o Zoraida Ávalos, aquiescentes a los propósitos progresistas: dominar la Fiscalía y convertirla en cuartel político para destruir a opositores con acusaciones infundadas, cárceles preventivas e investigaciones sin final. Hasta extorsionar a familiares de los acusados, y que reine la impunidad. ¡Qué calamidad!

Sobre la lucha contra la delincuencia estaba claro que el estado de emergencia no serviría porque no combate la criminalidad desde la raíz. El Gobierno de Dina Boluarte fracasó y fracasará cualquier otro que decida medidas tibias y asustadizas. A los grandes males, soluciones drásticas. Pero en 20 años la tolerancia ha llegado a extremos, y la permisividad destruye los valores y las costumbres, mediatiza a la familia y las creencias religiosas. Debilita y acobarda, dejando la cancha libre para los criminales y defensores que siempre hallan maneras de disculparlos. ¡Qué calamidad!  

¿Quién es Domingo Pérez para creerle lo que dice? En una entrevista a su medida dijo que la Fiscalía no denuncia a fiscales que cometieron faltas administrativas y que la fiscal de Nación tiene conocimiento de los hechos. Con un ego sideral e infantil se autoproclamó “la cara de la Fiscalía, y no los que tienen la titularidad”.  

El mejor momento de Pérez pasó. Desaprovechó la oportunidad de convertirse en el luchador anticorrupción deseado por décadas. Llevar a prisión preventiva a Keiko Fujimori lo elevó a los altares gracias a una bien montada propaganda antifujimorista. No obstante tanta santificación, el fiscal terminó por los suelos en el mismo Poder Judicial que aceptó sus pedidos de prisión preventiva. Sus “investigaciones” fueron devueltas en varias ocasiones por la ausencia de orden y sustento en sus escritos. La valla grande de la organización criminal sirvió solo para portadas, para animar odios, mas no para un proceso judicial. ¡Qué calamidad!

Con estos escenarios adversos a la estabilidad social y política instrumentada por delincuentes y quienes pierden el control del Estado, el plan de reactivación económica se hace humo. ¿Qué plan puede resultar si sobreviven luchas que espantan a las inversiones y crean desconfianza? La apología senderista devuelve al Perú 30 años atrás y hace huir del país nuevamente a los jóvenes. Hablar entonces de reactivación, sin antes establecer un orden y resolver los graves problemas, es un canto de sirena. ¡Qué calamidad!

Manuel Gago
15 de noviembre del 2023

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