Iván Arenas

¿Prefieres los comités de autodefensa o las rondas campesinas?

Los dirigentes ronderos están en una cruzada de demonización de los CAD

¿Prefieres los comités de autodefensa o las rondas campesinas?
Iván Arenas
13 de julio del 2022


Semanas atrás, el Congreso de la República promulgó la ley que reconoce a los comités de autodefensa y desarrollo rural (CAD), y los incorpora en el sistema de seguridad ciudadana. La ley, cuyo reglamento aún está en veremos, ha generado críticas y controversias en diversos sectores de la política nacional, desde liberales hasta movimientos colectivistas, como las rondas campesinas. No obstante de que se genere un sano debate sobre el objetivo de la ley en referencia, y a pesar de que se hayan confundido términos (de hecho son comités de autodefensas rurales y no citadinos) resulta paradójico que en las críticas los “liberales” le hagan el juego a los ronderos cuando despotrican contra la ley mencionada. ¿A qué vamos? Lo explico.

Quien no vea que detrás de esta ley hay una táctica política simplemente no sabe leer el escenario político. En otras palabras, la referida ley, respaldada por varios sectores del Congreso que tienen sus propios juegos e intereses, sirve para hacerle contrapeso en el mundo rural a las, hoy malamente de moda, rondas campesinas, organizadas en el Cunarc y cuyos líderes tienen una clara tendencia marxista. Miren si no la filiación política de sus principales dirigentes.

Que los propios ronderos, afiliados en la única central monopólica, la Central Única de Rondas Campesinas (CUNARC), critiquen día y noche la bendita ley, nos dice lo mucho que les preocupa la idea de reglamentarse. Lo que sorprende, repito, es que los “liberales” golpeen una ley pensada con mucho tacto, que intenta quitarle peso hegemónico a unas rondas campesinas que hoy se convierten, a pasos agigantados, en el brazo armado del Ejecutivo en las regiones del Perú. 

Ahora bien, vale decir que sobre los Comités de Autodefensas Rurales existe una épica absolutamente distinta a la de las rondas campesinas, creadas no para luchar contra el terrorismo de orientación marxista –como intentan vendernos– sino para reducir la delincuencia y el abigeato. Si hay algo que decir de los Comités de Autodefensas es que desde su creación, en el primer gobierno de Alan García, y su fortalecimiento por el fujimorato, han representado la alianza entre el Estado y la sociedad rural, como en ningún otro momento de la historia republicana, y que han protegido la democracia contra la barbarie senderista. Esa es la base del triunfo del Perú contra el terrorismo. Por el contrario, las rondas de hoy, son en esencia la estrategia del colectivismo.

Se entiende que los dirigentes ronderos están en una cruzada, demonizando la ley de los CAD; y que por principios los liberales, en un país con baja institucionalidad, le tengan pánico a una ley como esta. En una república liberal como Estados Unidos, se garantiza el derecho histórico a portar armas, pero aquí hay que mirar la película concreta. O se continúa fortaleciendo ciegamente a las rondas o, por tactismo, se vuelve a mirar a los CAD como aliados para salvar la democracia.

Iván Arenas
13 de julio del 2022

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